Ayuda humana o divina

AYUDA HUMANA O DIVINA

“Bríndanos tu ayuda contra el enemigo, pues de nada sirve la ayuda *humana. 12 Con Dios obtendremos la victoria; ¡él pisoteará a nuestros enemigos!” (Salmo 60:11-12 NVI).

¿Has pensado así alguna vez? ¿Te has sentido alguna vez como el rey David?

Debido al crecimiento continuo de nuestra iglesia dos veces nos vimos en la situación donde nos dieron sesenta días para desocupar el edificio donde nos congregábamos y encontrar otro lugar de reunión. Las dos veces lo primero que hice fue buscar la ayuda humana. Corrí a algunas mega iglesias de la ciudad para pedir que por favor nos rentaran porque muy pronto no tendríamos donde reunirnos, pero casi siempre encontré una negativa debido al tamaño de nuestra congregación y las múltiples actividades que también ellos tenían.

No fue fácil comprender que Dios quería enseñarme a confiar en Él y no en los hombres. Él quería ayudarme a crecer en mi fe ya que en ambas ocasiones al último minuto, casi milagrosamente, el Señor nos resolvió el problema.

En la vida nos encontramos en situaciones en las que un abogado prometió poder resolver un caso y no pudo, solo nos hizo gastar dinero. Amigos que dijeron estarían contigo en todo tiempo pero que cuando los necesitaste brillaron por su ausencia. Autoridades que se suponen deben proteger a su ciudad pero que a pesar de su buena voluntad no tienen suficiente personal para patrullar todos los vecindarios.

¿Qué hacemos? ¿En quién podemos confiar? ¿Quién podrá en realidad ayudarnos cuando nuestras habilidades se agotan?

Recuerda no poner toda tu esperanza en ningún ser humano porque aunque sean tus amigos o quieran ayudarte, siempre tendrán limitaciones y te puedes llevar una decepción al ver que de nada sirvió la asistencia del hombre, mejor asegúrate de poner a tu lado a quien dice en Su Palabra que tiene el poder y la autoridad para pisotear a tus enemigos.
No temas a los conflictos que enfrentas cada día o cada semana, estos desarrollan tu fe y te hacen ser una mejor persona.

“Bríndanos tu ayuda contra el enemigo, pues de nada sirve la ayuda *humana. 12 Con Dios obtendremos la victoria; ¡él pisoteará a nuestros enemigos!” (Salmo 60:11-12 NVI).

Piénsalo:

¿Te han cerrado las puertas los que pensabas que te podrían ayudar?

¿Cuántas veces hemos confiado en personas que pensábamos nos podrían ayudar y nos sentimos defraudados por los resultados? ¿Qué podemos hacer en esos casos?