CUATRO HÁBITOS QUE INCREMENTAN TU FE
“Esfuérzate por ser un buen discípulo de Jesucristo.” (1 Timoteo 4:7b TLA)
Así como el cuerpo que necesita de ejercicio y buena alimentación para estar saludable, nuestro espíritu necesita ser alimentado y ejercitado para estar sano. Todos nosotros necesitamos tanto el ejercicio físico como el espiritual.
Debemos aprender a sacar el mayor beneficio que se pueda, de cada minuto de ejercicio ya sea físico o espiritual. Hoy quiero animarte a comenzar a desarrollar cuatro prácticas espirituales que fortalecerán tu fe.
1.- Estudia la Palabra de Dios todos los días
Si queremos crecer necesitamos escudriñar la Biblia personalmente, no podemos siempre depender de los demás que nos digan cual es la voluntad de Dios para nosotros, debemos conocer su manual de instrucciones por nuestra propia cuenta y así estar listos para ser usados por Él.
“Toda la Escritura es inspirada por Dios y es útil para enseñarnos lo que es verdad y para hacernos ver lo que está mal en nuestra vida. Nos corrige cuando estamos equivocados y nos enseña a hacer lo correcto. Dios la usa para preparar y capacitar a su pueblo para que haga toda buena obra”. (2 Timoteo 3:16-17 NTV).
2.- Lee literatura cristiana
“Si en verdad te aprecias, estudia. Bien harás en practicar lo aprendido.” (Proverbios 19:8 TLA)
Hay muchos libros con bases bíblicas que te pueden ayudar en áreas específicas que estés atravesando. Un buen material te puede ayudar a conocer salidas, soluciones, formas, testimonios, puede ayudarte a cambiar formas de actuar y de pensar.
3.- Escribe y cuenta tu testimonio.
“…Estén siempre preparados para responder a todo el que les pida razón de la esperanza que hay en ustedes.” (1 Pedro 3:15 NVI)
Todos tenemos una historia que contar, una vida fácil o difícil que ha sido transformada por Dios, debe ser compartida a otros que aun no le conocen. Así como nadie puede estudiar por ti, tampoco nadie puede contar tu historia.
Es fácil, sólo responde a estas 4 preguntas y cuéntale a otros lo que Dios hizo contigo:
¿Cómo era tu vida antes de venir a Cristo?
¿Cómo te diste cuenta que necesitabas a Jesús en tu vida?
¿Cómo y cuándo entregaste tu vida a Cristo?
¿Cómo es tu vida ahora?
4.- Intégrate a una Casa de Paz
“Así que aliéntense y edifíquense unos a otros.” (1 Tesalonicenses 5:11a NTV)
En una Casa de Paz puedes encontrar personas con las que puedas compartir tu vida y quienes te apoyarán mientras crecen en la fe juntos. Si aún no eres parte de un Casa de Paz únete, Dios quiere fortalecer tu fe por medio de otras personas.
Piénsalo:
En cuál hábito necesitas trabajar hoy? ¿Qué cambio harás para adquirir el práctica?
¿Has compartido a alguien tu historia? ¿Cuáles fueron los resultados?