PERDÓNATE A TÍ MISMO
…perdonaste la iniquidad de tu pueblo y cubriste todos sus pecados; (Salmos 85:2 NVI)
En la vida es difícil perdonar a otros, pero a veces es más difícil perdonarnos a nosotros mismos, los errores del pasado acarrean culpa a nuestras vidas y ellos pueden arruinar nuestro presente y futuro.
La palabra culpabilidad significa uno que está bajo juicio y sufriendo consecuencias o castigos por sus malas acciones. Cuando se viola la conciencia, se produce culpabilidad, y la culpabilidad produce ansiedad.
UNA PERSONA CON CULPABILIDAD:
Se castiga a sí misma. -¡Tengo que sufrir esto porque me lo merezco!- No tenemos que sufrir más para ser perdonados o aceptados, Cristo ya pagó el precio en la cruz.
Se siente indigna: “¿Por qué Dios debe responder a mis oraciones?”, “¿Seré yo merecedor del perdón de Dios?”, “¿Puedo ser usado por Él?” Aunque somos indignos, es por gracia que somos perdonados. (Hebreos 10.19-21).
Desarrolla comportamientos compulsivos: drogas, alcohol, aventuras sexuales, materialismo, exceso de trabajo, comida o compras.
Desarrolla una falsa humildad: Piensan que no merecen nada -¡yo no me merezco eso, porque soy muy malo!-.
CONSECUENCIAS DE LA CULPA:
- Produce un tormento constante. Nos roba la paz.
- Trae tristeza, depresión y enfermedad a nuestra vida.
- Nos aleja de la presencia de Dios.
- Roba el gozo.
- Quita el deseo de servir a Dios y a las personas.
EL PERDON ES LA SOLUCIÓN AL SENTIMIENTO DE CULPA
Dios nos perdona cuando nos arrepentimos, pero debemos aprender a perdonarnos: En el salón de la fama de Hebreos Dios no hace mención de los pecados o debilidades de estos personajes, Él habla de sus proezas y sacrificios que ellos hicieron.
¿Qué más voy a decir? Me faltaría tiempo para hablar de Gedeón, Barac, Sansón, Jefté, David, Samuel y los profetas, los cuales por la fe conquistaron reinos, hicieron justicia y alcanzaron lo prometido; cerraron bocas de leones. (Hebreos 11:32-33 NVI)
Practica las reglas del perdón para ti.
- No volveré a pensar en este incidente.
- No volveré a mencionar la situación, ni a usarla en mi contra.
- No volveré hablar de este incidente con otros.
- No permitiré que ese error interfiera en mi relación con Dios.
Dios no desprecia a un corazón arrepentido Salmo 51:17.
Piénsalo:
- ¿Has cargado alguna culpa por alguna situación o error que cometiste? ¿Te ha beneficiado en algo cargar con ese sentimiento?
- ¿Hay algo que puedas hacer para enmendar el error?
- ¿Has recibido a Jesús en tu corazón y recibido el perdón que Él te ofrece?