Quien no enriquece, se empobrece

QUIEN NO ENRIQUECE, SE EMPOBRECE

“El hombre fiel abundará en bendiciones, pero el que se apresura a enriquecerse no quedará sin castigo”(Proverbios 28:20 BDLA).

El Padre celestial nos ha dejado algo encargado a todos nosotros en esta tierra y un día debemos rendirle cuentas. Dios nos ha entregado riquezas, dones, y recursos para que los multipliquemos.

Por cierto, antes de seguir adelante permítame aclarar que la fortuna a la que yo me refiero no se trata sólo de dinero, aunque es claro que este aspecto está incluido. La verdadera riqueza se trata de recursos espirituales, humanos y financieros.

Si hiciéramos una evaluación honesta de nuestras vidas hoy, ¿Cómo calificarías la forma en que usaste esos recursos durante el último año?  Estos bienes incluyen nuestra relación con Dios, nuestra familia, la salud física, el dinero, las fuerzas, el  tiempo, el ministerio, etc. ¿Los gasté o los multipliqué? ¿Gané o perdí?

Es importante que aprendamos cómo tener un hogar sano y no perder el matrimonio o los hijos; cómo tener más amigos; cómo administrar nuestro tiempo de modo que los años sean bien aprovechados.

Solamente una vez pasamos por esta vida y el libro que debimos haber leído ayer, pensamos que lo podremos leer mañana; pero el día de ayer ya no volverá, se perdió la oportunidad designada específicamente para ese tiempo específico. Sólo tenemos una oportunidad para administrar fielmente y con sabiduría el dinero o el negocio propio que el Señor nos  confió en nuestras manos.

Piénsalo:

¿Por qué Dios permite que algunos pierdan y les da más a otros?
¿Qué necesitas hacer para que el Señor te  considere buen siervo y fiel y te dé mucho más de lo que ahora tienes?

Continuará…