APLICA LO QUE APRENDES
No seamos llamaradas de tuza que se apagan. Personas que practicamos algo sólo por algunos días mientras dura la emoción.
Lo aprendido nos ha ayudado a iniciar algunos hábitos en la salud espiritual, física, mental, emocional, relacional, financiera y vocacional. Ahora nos toca tener dominio propio para seguir desarrollándolos.
Ahora ya no ignoramos las cosas.
Sigue esforzándote por usar un presupuesto escrito, por desayunar todos los días y no cenar abundantemente a media noche. Si estabas otra vez dejando de orar, ejercita el dominio propio y vuelve a acostarte un poco más temprano para que puedas levantarte a tener tu cita con Dios todos los días. Cuida tus relaciones y mantén un corazón sano.
Te aconsejo también que tengas un grupo pequeño como una Casa de Paz donde encontrarás un mentor y grupo de amigos que se ayudarán mutuamente a ya no volver atrás. Recuerda que mejores son dos que uno. (Eclesiastés 4:9)
Piénsalo:
¿Qué hábito necesitas retomar y volver a esforzarte?
¿Ya perteneces a un grupo pequeño donde puedes rendir cuentas? Si aún no ¿qué te lo impide?