Creados para amar a otros

CREADOS PARA AMAR A OTROS

Dios te ama a ti  pero también ama a otros.

Jesús le dijo: Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con toda tu mente. 38 Este es el primero y grande mandamiento. Y el segundo es semejante: Amarás a tu prójimo como a ti mismo. Mateo 22:37-39 RV60

Algunos dicen “Yo puedo amar a Dios sin ir a una iglesia”. Claro que sí. Puedes ir a la montaña tu solito y hablar con Dios.  Pero no puedes amar a otros estando solo en una montaña.

Esta vida es una práctica para que podamos amarnos todos en el cielo.

Dios quiere que amemos aún a las personas difíciles, no sólo a las que nos agradan. Quiere que amemos a las personas reales, no sólo a las personas ideales. Convivir con los que amamos es una cosa, pero amar a los que conocemos es otra historia.

Todos nos necesitamos en esta vida. Nadie puede tener éxito verdadero de forma solitaria.
Nos pertenecemos los unos a los otros  y nos necesitamos los unos a los otros.

Efectivamente, hay muchas partes, pero un solo cuerpo.  El ojo nunca puede decirle a la mano: «No te necesito». La cabeza tampoco puede decirle al pie: «No te necesito».  Esto hace que haya armonía entre los miembros a fin de que los miembros se preocupen los unos por los otros. Si una parte sufre, las demás partes sufren con ella y, si a una parte  se le da honra, todas las partes se alegran. 1 Corintios 12: 20 NTV

Piénsalo:

-¿Te has sentido solo alguna vez? ¿Qué provocó en ti el sentirte solo?
-¿Puedes amar a Dios sin amar a las personas?
-¿Cómo puedes demostrar amor a la familia de Dios?