El yo egoista no quiere perder

EL YO EGOISTA NO QUIERE PERDER.

No hagan nada por egoísmo o vanidad; más bien, con humildad consideren a los demás como superiores a ustedes mismos.Filipenses 2:3 (NVI)

Hoy en día no se enseña la palabra sacrificio, no se habla de morir al yo, todo está basado en lo que la gente quiere o puede, si les ofende no hay que hablarlo o confrontarlo. El evangelio no debe ser mediocre, o ligero, no de dieta. El sacrificio no sustituye la gracia, recibimos las bendiciones de Dios por gracia y somos salvos por gracia a través de la fe en Cristo Jesús, pero también se nos requiere vivir una vida sin egoísmo, con  humidad, hoy aprenderemos que es el yo egoísta y como vencerlo.

EL YO EGOISTA NO QUIERE PERDER.
¿Por qué nos enojamos? Porque alguien se metió con nuestro yo, ¿por qué mentimos? Por miedo a perder algo o a pasar vergüenza.
El yo egoísta siempre quiere más, siempre quiere satisfacción a corto plazo, el yo egoísta quiere comer más, dormir más y pecar más, el resultado del egoísmo es que se pierde el poder sobrenatural de Dios y nos convertimos en  personas vacías, llenos de costumbres, pero no vemos milagros, sanidades o liberaciones.

El yo egoísta no quiere cambiar, sólo busca de Dios en semana santa o navidad, sólo sirve cuando hay culpa, cuando promete algo a Dios por algo a cambio.

Reconoce la necesidad de morir al yo cada día: Si quieres tener una vida en paz, prosperar, estabilidad en el matrimonio, en el ministerio, en el trabajo, reconoce que debes de dejar de pelear.

Acepta la gracia de Cristo. No podemos cambiar solos, Dios no nos condena. Por agradecimiento queremos ser mas como Él. En nuestras fuerzas no podemos. Aunque tengamos debilidades Jesús no nos condena, sólo necesita nuestra rendición y reconozcamos que necesitamos un cambio.

Renuncia al yo egoísta: rinde a Dios esa parte del yo egoísta. En el “yo” están todos los temores, los viejos hábitos, la ira, el resentimiento, la voluntad testaruda que no quiere cambiar, el orgullo que nunca ha muerto, que pelea que humilla a otros, que se defiende y que busca su comodidad.

Piénsalo:

¿Por qué te has enojado últimamente?
¿Qué cosas no has tolerado y te han llenado de impaciencia?