NO HAY RAZÓN PARA PREOCUPARTE
1. Preocuparte es contra la naturaleza. Las aves y los lirios no se preocupan. ¿Por qué los humanos deben de preocuparse tanto?
La Biblia dice:
2. La preocupación no cambia nada. Si oraras el mismo tiempo que inviertes en preocuparte, verías milagros en tú vida. La oración cambia las circunstancias.
La Biblia dice:
3. La preocupación puede enfermarte, pero la oración puede sanarte.
4. Cuando te preocupas, te esclavizas, pero la oración te hace libre. No permitas que la preocupación te robe la oportunidad de disfrutar los bellos amaneceres, la naturaleza y a tú familia. Aprovecha tus breves 120 años en esta tierra.
Piénsalo:
¿Qué te ha estado preocupando en esta temporada de tu vida?
A lo mejor Dios quiere glorificarse a través de esa preocupación. ¡Ora!