¿PORQUÉ LLORAS?
María Magdalena en medio de su dolor no se dio cuenta que tenía enfrente al mismo Jesús. No lo reconoció por estar ocupada llorando.
A veces lloramos de más porque pensamos que Dios no está con nosotros cuando estamos pasando algún problema. Pensamos que estamos solos, que todos nos han abandonado, pero no es así.
Cuando nos sentimos solos, es un buen tiempo para clarificar nuestros pensamientos y reenfocar nuestra atención en el Señor.
Cuando nadie comprende lo que tú estás pasando, es una buena oportunidad para volver a quien todo lo sabe, todo lo entiende y todo lo puede.
No dejes que el llanto te ciegue pensando que estás solo. Dios no se ha olvidado de ti. Él estará contigo todos los días de tu vida.
Dios sabe los que estás pasando y Él jamás te dará una carga más pesada de lo que puedas cargar (Job 34:23).
Jesús está enfrente de ti en este momento, fija tu mirada en Él y pronto pasará la angustia que estás atravesando. Solamente es temporaria, esfuérzate y se valiente.
Piénsalo:
¿Dónde has puesto tu mirada en estos días? ¿En quién o que estás dependiendo?
¿Qué estás viendo delante de ti? ¿Cómo puedes reenfocar tu atención en Dios?