Borra la vergüenza del pasado

BORRA LA VERGÜENZA DEL PASADO

 Esto significa que todo el que pertenece a Cristo se ha convertido en una persona nueva. La vida antigua ha pasado; ¡Una nueva vida ha comenzado! 2 Corintios 5:17

La mayoría de las personas han vivido situaciones que tal vez les avergüenzan o les causan culpabilidad. Pedro es un ejemplo de esto, porque cuando se encontró con Jesús después de haberle negado tres veces, estaba lleno de vergüenza y culpa y esto le estaba impidiendo ser él mismo con el Señor.

La vergüenza exalta nuestros pecados por encima de la cruz.  Pedro cometió un error y ese error en algún momento lo quería alejar de la cruz del calvario. La vergüenza nos esclaviza a nuestro pasado para atraparnos en los errores que hemos cometido a fin de menospreciar el perdón que ofrece Jesús en la cruz.
Pero si confesamos nuestros pecados a Dios, Él es fiel y justo para perdonarnos nuestros pecados y limpiarnos de toda maldad. 1 Juan 8:9

La vergüenza nos hace tomar malas decisiones. Pedro, aun después de saber que Jesús había resucitado, quiso regresar a su oficio de pescador cuando sabía que él ya debía dedicarse a pescar hombres. Estaba a punto de tomar una mala decisión por la indignación que sentía. Juan 21:2-3 2

No dejes que la vergüenza te aleje de los planes de Dios, no regreses al pasado que ya no te conviene. El Señor no desechó a Pedro por haberle negado, por lo contrario, le mostro su misericordia y lo empoderó para hacer Su voluntad aquí en la tierra.

¿Cómo ser libre de la vergüenza?

1. Admite y confiesa que has fallado. 1 Juan 1:8-9

2. Recibe el perdón de Cristo. Recuerde El ya pagó por nuestras vergüenzas. Hay que recibir el perdón no porque seamos perfectos sino porque Él es bueno.

3. Perdónate a ti mismo. No sólo recibas perdón; aprende a levantarte y a seguir adelante.

4. Enfócate en el futuro. Enmienda los errores del pasado, siendo una mejor persona hoy y en el futuro, así como lo hizo Pedro. Filipenses 3:13.

Vamos campeón, no te canses de correr en este maratón hacia el cielo. ¡El Padre y los ángeles te están echando porras!

Piénsalo:

¿Cuáles memorias del pasado te han querido esclavizar?
¿Qué necesitas rendir para poder experimentar la verdadera libertad?