SIN EMBARGO…
En el libro de hebreos encontramos el salón de los héroes de la fe. Entre estos vemos a muchos que conquistaron, hicieron grandes cosas y que recibieron en esta tierra lo que el Señor les había prometido, y en ese mismo salón de la fe encontramos héroes que sufrieron por servir a Dios.
El ser cristiano y servir a Dios no garantiza que no tendremos sufrimientos en esta tierra, pero si podemos estar seguros de que todo obrará para bien (Romanos 8:28).
Sin embargo, no te desanimes cuando sufras vituperios o dolores por hacer lo correcto. Sigue actuando con integridad, aunque otros no lo hagan. Continúa poniendo a Dios primero en tu vida. Sigue defendiendo a los más débiles. Sigue sirviendo en tu iglesia y compartiendo a otros el mensaje de esperanza en Cristo Jesús.
Continúa, mantente firme, no te rindas, porque los sufrimientos presentes no se comparan con la satisfacción y la recompensa que Dios tiene para ti.
Piénsalo:
¿Puedes decir “sin embargo” después de ese frustrante revés que la vida te ha dado últimamente?
¿Qué puedes hacer para mantener tu enfoque en lo invisible, las eternas promesas de Dios?