Site icon Pastor Guillermo Jiménez

Es un privilegio servir

ES UN PRIVILEGIO SERVIR

… El que quiera hacerse grande entre vosotros será vuestro servidor… como el Hijo del Hombre no vino para ser servido, sino para servir, y para dar su vida en rescate por muchos. Mateo 20:26-28 RV60

En 1999 me convertí al señor. En aquel tiempo, cuando era más joven, salía con los muchachos de la iglesia a evangelizar en las calles a través de un programa que se llamaba, “Castillos del Rey”. Andábamos disfrazados de payasos y con títeres, a fin de que la gente conociera a Jesucristo. Teníamos pasión por Dios y creíamos con fervor que éramos llamados a expandir Su Reino. Todavía, mi pasión por Él solamente se ha engrandecido más y más.

Yo también, tuve una casa de paz, que en aquellos tiempos las llamábamos células, y muchas personas recibieron a Cristo en su corazón. Desde que me convertí no he dejado de servir, porque para mí siempre ha sido un privilegio servirle al Señor.

Para que tú puedas servirle a Dios con todo tu ser y comprender que es un privilegio, necesitas entender dos puntos importantes.

1. Debes servir con las motivaciones correctas.

Tus intenciones de servirle al Señor deben de ser porque tienes un corazón agradecido, porque deseas representarlo bien aquí en la tierra, porque lo amas y porque amas lo que Él ama, las personas.

Jamás le sirvas a Dios por querer un puestecito en la iglesia, ni por cualquier motivo egoísta. Sírvele, porque fuiste llamado a servirle a Él a través de servirle a la gente.

2. Debes servir esperando la promoción de Dios y no la del hombre.

Dios ama recompensarnos y puso en nosotros el placer de ser recompensados. Por eso, Él ya decidió hasta donde nos va a llevar en el Reino, y entre más humildes seamos más alto nos puede llevar.

…pero no me corresponde a mí decir quién se sentará a mi derecha o a mi izquierda. Dios preparó esos lugares para quienes él ha escogido. Marcos 10:40 NT

Tu servicio y todo lo que haces sea en el trabajo, la escuela o para tu familia, debe ser para Dios y no para agradar al hombre, ni por buscar su aprobación. Dios ya te aprobó y tiene planes de bien para tu vida. Sírvele con pasión, porque lo haces para Él, y es por eso que es un privilegio.

Piénsalo:

¿Por qué le sirves al Señor?
¿Cuál es el pulso de tu pasión por Dios en este momento?

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