CRECEMOS EN LA FAMILIA A TRAVÉS DEL EJEMPLO
Una de las mejores maneras de crecer y madurar en la familia es a través del ejemplo. Uno no transmite lo que dice, sino lo que es, es por eso que debemos hablar y enseñar con el ejemplo que damos dondequiera que estemos.
Jesús nos advirtió que no siguiéramos el ejemplo de los hipócritas intérpretes de las escrituras llamados escribas y fariseos. Ellos eran personas que decían vivir lo que la Palabra decía, pero en realidad solamente hablaban y no actuaban con integridad. Ellos dejaron que la religiosidad tomara el lugar de Dios en su corazón, así que decían una cosa, pero en su corazón daban un ejemplo contrario.
Cuando el padre ora entonces los hijos sabrán que la oración es importante. Cuando los padres sirven en su iglesia local los domingos, entonces los jóvenes captarán la idea más fácilmente y tendrán más disposición en lugar de sólo escuchar que los padres les amonesten diciéndoles, “Muchacho, debes ir a la iglesia el domingo, tienes que estudiar fuerte en la escuela, o debes ser puntual en el trabajo”.
¿Qué podremos pensar de aquellos padres que prohíben a sus hijos beber alcohol o fumar mientras ellos son unos fumadores empedernidos? Mejor, pongamos el ejemplo y que eso hable más fuerte que nuestras palabras.
Jesús le dijo a la gente que no siguieran el ejemplo de los fariseos hipócritas, y que mejor siguieran el ejemplo que Él les modeló en servirnos los unos a los otros. Tus hijos y tu cónyuge no quieren oír un sermón. Ellos quieren ver el ejemplo de Jesús en tu vida. En este día decide hablar a través de tus acciones con un ejemplo íntegro.
Piénsalo:
¿Qué estás transmitiendo con tu ejemplo?
¿Cómo puedes enseñarles o predicarles a tus hijos, cónyuge, amigos, o discípulos?