Cuando nos quedan pocas fuerzas

CUANDO NOS QUEDAN POCAS FUERZAS

“Yo sé todo lo que haces y te he abierto una puerta que nadie puede cerrar. Tienes poca fuerza; sin embargo, has obedecido mi palabra y no negaste mi nombre” (Apocalipsis 3:8 NTV).

Hay momentos en la vida en que parece que nos quedamos sin fuerzas para seguir adelante. Los problemas te agotan al punto que quieres abandonar el llamado de Dios para tu vida. Sin embargo, no vendas, ni pierdas tu corona por una ofensa, por un coraje o por un pecado. La Biblia dice que al que venciere Dios le hará columna de su templo, vencer es seguir adelante cuando otros no quieren seguir. Cuando sientas que ya no tienes fuerzas para continuar, haz lo siguiente:

1. Sigue haciendo buenas obras.
Dios sabe lo que haces, aunque los hombres no te den las gracias. Aunque otros no sepan lo que haces, Dios lo sabe y Él te recompensará si no te das por vencido. Debemos recordar que lo que hacemos lo hacemos para Dios y no para los hombres.

“Trabajen de buena gana en todo lo que hagan, como si fuera para el Señor y no para la gente” (Colosenses 3:23 NTV).

2. Sigue guardando Su Palabra.
A veces llegan momentos en los que parece que las promesas de Dios no se cumplen o se tardan, y parece que nuestra fe decae y nos quedamos sin fuerzas. Cuando sientas poca fuerza no hables en contra de Dios, mejor habla la Palabra y créela, porque cuando declaras lo que la Biblia dice, que ella no vuelve vacía, sino que produce milagros y respuestas en tu vida.

“Lo mismo sucede con mi palabra. El envío y siempre produce fruto; logrará todo lo que yo quiero, y prosperará en todos los lugares donde yo la envíe” (Isaías 55:11 NTV).

3. Sigue atento a la puerta que Él te abrirá.
Declara y habla la palabra que abrirá la puerta de bendición para tu vida y tu generación. Si te mantienes fiel, Dios abrirá puertas milagrosas, que eran imposibles para los hombres, pero que son posibles para Dios.

“Se ha abierto una puerta de par en par para hacer un gran trabajo en este lugar, aunque muchos se me oponen” (1 Corintios 16:9 NTV).

Piénsalo:

¿Qué necesitas hacer cuando te quedan pocas fuerzas?
¿Cuál puerta le estás pidiendo a Dios que te abra?