El poder de la resurrección de Cristo

 EL PODER DE LA RESURECCIÓN DE CRISTO

“¡El mensaje de la cruz es una ridiculez para los que van rumbo a la destrucción! Pero nosotros, que vamos en camino a la salvación, sabemos que es el poder mismo de Dios.” (1 Corintios 1:18 NTV).

Cuando Jesús estaba muriendo en la cruz del Calvario muchas personas no entendían el poder que había en su sacrificio, estaban lejos de comprender el regalo que Dios estaba dando a la humanidad. Hoy día todavía hay muchos que no comprenden el poder de la cruz y la resurrección, por eso no pueden tomar los beneficios de ella misma.

Toda enfermedad y dolencia ha quedado cancelada en la espalda de Jesucristo cuando fue latigado. Él literalmente pagó el precio más alto por nuestras enfermedades, si creemos en Jesús no hay razón por la cual estar enfermos.

“Pero él fue traspasado por nuestras rebeliones y aplastado por nuestros pecados. Fue golpeado para que nosotros estuviéramos en paz; fue azotado para que pudiéramos ser sanados” (Isaías 53:5 NTV).

Después que Jesús murió, uno de los soldados romanos enterró una lanza en su costado derecho, del cual salió agua y sangre. Todo el castigo que como pecadores merecíamos, recayó sobre Jesús, quien no había cometido ningún pecado.

La Biblia nos confirma que Jesús no pereció, sino que resucitó en el tercer día. Y no sólo eso, también le arrebató las llaves del infierno a Satanás y de esa forma venció la muerte para que nosotros tuviéramos vida eterna con Él en los cielos.

“Oh muerte, ¿dónde está tu victoria? Oh muerte, ¿dónde está tu aguijón?”
(1 Corintios 15:55 NTV).

El reconocer el sacrificio que Jesús hizo por nosotros es lo que nos califica para ser salvos, no existe otra forma de alcanzar la salvación más que a través de la cruz. Por lo tanto, ¡jamás nos avergoncemos de Él, porque, aunque para el mundo la resurrección sea una ridiculez, para nosotros es poder!

“¡El mensaje de la cruz es una ridiculez para los que van rumbo a la destrucción! Pero nosotros, que vamos en camino a la salvación, sabemos que es el poder mismo de Dios.” (1 Corintios 1:18 NTV).

Piénsalo:

¿Qué milagro necesitas de parte de Dios? Pídeselo, hay poder en la cruz.
¿De qué necesitas ser libre? En Jesús hay plena libertad del pasado, de toda vergüenza, y enfermedad.