Apoyándonos el uno al otro

APOYÁNDONOS EL UNO AL OTRO

“En fin, vivan en armonía los unos con los otros; compartan penas y alegrías, practiquen el amor fraternal, sean compasivos y humildes. No devuelvan mal por mal, ni insulto por insulto; más bien, bendigan, porque para esto fueron llamados, para heredar una bendición” (1 Pedro 3:8-9 NVI).

Es inevitable que los seres humanos atravesemos momentos difíciles, situaciones de dolor, enfermedad o pérdida. Pero ¿cómo nos vamos a preparar para enfrentar esos momentos difíciles? ¿Cómo vamos a enfrentar la muerte de un ser querido?  No fuimos diseñados para estar solos o aislados, para enfrentar crisis necesitamos el apoyo de otras personas, amigos, familiares y hermanos en la fe.

Por eso, anímense y edifíquense unos a otros, tal como lo vienen haciendo” (1 Tesalonicenses 5:11 NVI).

No solamente nos apoyamos en los momentos de crisis, sino que también como equipo. Somos un cuerpo. Somos el ejército de Dios. Somos una familia. La obra es muy grande para un individuo. Nuestros esfuerzos producen más fruto cuando trabajamos juntos que solos. Nuestros dones nos complementan mutuamente cuando trabajamos en equipo. Para traer al nuevo creyente y ayudarle a salir adelante en sus momentos difíciles necesitamos trabajar en comunidad y acercarlos a la familia de Dios para que puedan salir adelante.

Ahora bien, el cuerpo no consta de un solo miembro, sino de muchos” (1 Corintios 12:14 NVI).

Otra razón por la cual el Padre Celestial nos diseñó para vivir en comunidad es para que cada uno de nosotros nos ayudáramos a crecer. Cuando uno de nosotros estamos pasando por una prueba, nuestro amigo, familiar o hermano nos puede ayudar a afilar nuestra fe.

El hierro se afila con el hierro, y el hombre en el trato con el hombre” (Proverbios 27:17 NVI).

El plan de Dios para cada persona no es caminar sola en la vida, sino compartir y recibir cuidado en comunidad. La comunidad es la respuesta de Dios a la desesperación. ¡Fuimos hechos para compartir nuestra vida con los demás! Por eso buscamos ganar almas y hacer discípulos, porque ellos necesitan el calor de una familia espiritual que los levantará cuando estén caídos, y que los ayudarán a cumplir su propósito en esta vida.

Piénsalo:

¿Cómo puedes apoyar a alguien en este momento que esté necesitando a un amigo o hermano?
¿Eres parte de un grupo pequeño o una familia espiritual? Si aún no tienes una familia, aquí en Águilas Centro Familiar Cristiano, hay un lugar para ti.