DA LUGAR A LA JUSTICIA DE DIOS
¿Venganza o justicia de Dios? En este pasaje podemos ver como David confiaba totalmente en la justicia del Señor.
Vivimos en un mundo imperfecto dañado por el pecado, y la mayoría de nosotros en alguna ocasión nos encontraremos ante situaciones en las que sentiremos que hemos sido tratados mal, discriminados, criticados, ofendidos, o tratados injustamente.
Tienes diferentes opciones cuando se comete alguna injusticia contra ti. Puedes tomar venganza trayendo más problemas a tu vida, o puedes permitir que Dios sea quien te haga justicia.
Por su parte David escogió que Dios fuera su defensor.
Mucha gente termina cometiendo un crimen en su explosión de ira y terminan en la cárcel. No te llenes de odio y venganza porque solamente vas a multiplicar tus problemas.
La venganza no sólo le hará la vida miserable a tu enemigo, sino que a tí también. Resiste el deseo de entrar al lodo para pelear con los cerdos, porque aunque ganes la pelea, tu también saldrás sucio y mal oliente por el lodo del chiquero. Es mejor darle el lugar a la justicia de Dios. Para de pelear en tus propias fuerzas y deja que el Señor pelee por tí.
David platicaba con el Señor y le decía: “No permitas que mis enemigos se regodeen diciendo: «¡Lo hemos derrotado!». No dejes que se regodeen en mi caída. Pero yo confío en tu amor inagotable; me alegraré porque me has rescatado. Cantaré al Señor porque Él es bueno conmigo” (Salmos 13:4-6 NTV).
Piénsalo:
¿Por qué se te ha dificultado resistir tomar venganza contra tus enemigos?
¿Qué puedes hacer hoy para darle lugar a la justicia de Dios?