Es mejor ofrecer algo que cuesta

ES MEJOR OFRECER ALGO QUE CUESTA

“Pero el rey le respondió a Arauna: —No, insisto en comprarla; no le presentaré ofrendas quemadas al Señor mi Dios que no me hayan costado nada. De modo que David le pagó cincuenta piezas de plata por el campo de trillar y por los bueyes” (2 Samuel 24:24 NTV).

La gente ordinaria siempre hace lo más fácil. Es más fácil regalar lo de otros que lo mío. Es más fácil sacrificar algo que no me ha costado. Es más fácil ofrendar cuando hay abundancia. Es más fácil cantar cuando las cosas están saliendo bien. Es más fácil servir cuando hemos descansado y dormido ocho horas.

Sin embargo, las personas extraordinarias van la milla extra, cantan al Señor aún cuando están sufriendo; son amables con otros aún cuando ellos han sido golpeados por la vida, cantan en el servicio aún cuando han llegado agotados después del trabajo, sirven y predican en su Casa de Paz, aunque están cansados, ofrendan y diezman aún cuando tienen que sacrificar algunos gustos personales y se levantan a orar aún cuando no han dormido ocho horas.

David no fue un hombre ordinario y común. Él no quería ofrecer ofrendas y sacrificios que no le hayan costado. Él quería dar a Dios algo que verdaderamente representara un esfuerzo de su parte.

¿Cuál es el beneficio de ofrecer tu mejor? Dios contesta tu oración. La Biblia dice:

“Allí David edificó un altar al Señor y sacrificó ofrendas quemadas y ofrendas de paz. Y el Señor contestó la oración que hizo por la tierra, y se detuvo la plaga que azotaba a Israel” (2 Samuel 24:25 NTV).

Cuando le das lo mejor de ti al Señor y no las sobras de tu servicio, tiempo, o esfuerzo, Él contesta tus oraciones porque después del sacrificio cae Su fuego. Sigue viviendo totalmente rendido a Dios y verás que pronto Su gloria se manifestará poderosamente en tu vida.

Piénsalo:

¿Qué sabes que te gustaría hacer, pero no lo habías hecho porque requiere un sacrificio extra de tu parte?
¿Qué harás en este día para ofrecerle a Dios lo mejor de ti?