LA BENDICIÓN ES PARA LOS HIJOS
La Biblia nos habla de la historia entre el Señor Jesús y una mujer que no era judía que llegó desesperada pidiendo su ayuda para que sanara a su hija que estaba oprimida por el diablo. El Señor en ese momento pareció indiferente a su necesidad, pero en realidad estaba enseñando que, para recibir las bendiciones del cielo, es necesario primero dejar de ser creación y convertirnos en sus hijos. Para ello debemos entender las siguientes verdades.
1. DIOS NOS AMA Y TIENE UN PLAN MARAVILLOSO PARA NUESTRAS VIDAS
Cuando Dios creó al hombre quería que fuera feliz, que tuviera acceso directo con El y que administrara el resto de su creación; pero el hombre pecó y esto produjo la separación entre ambos.
Por lo tanto, Dios tenía un plan para rescatar al hombre y envió a su hijo a morir por la humanidad para hacer un puente que uniera de nuevo la relación de Dios con su amada creación.
2. TODOS HEMOS PECADO Y ESTAMOS SEPARADOS DE DIOS.
El pecado es la separación entre Dios y el hombre, que se originó en Génesis 3 cuando Adán y Eva desobedecieron a Dios. El pecado es el rechazo de parte del hombre de hacer la voluntad del Señor y hacer la propia. Es elegir un camino opuesto, buscando sólo la satisfacción personal, sin tomar en cuenta al Padre. ¿Tomas en cuenta a Dios en tu vida? ¿Buscas agradarle o agradarte a ti mismo?
3. JESUCRISTO ES LA ÚNICA FUENTE DE SALVACIÓN.
Jesús es el único camino para reconciliarnos con Dios, tener paz y disfrutar de una vida abundante. No hay otro camino para volver a Dios, Él es el puente que nos une con el Padre celestial.
Existe un plan maravilloso para cada persona en la tierra, y para cumplir ese plan es necesario dar un paso muy importante y es reconocer que necesitamos de Dios y un cambio en nuestras vidas. Ese cambio se produce a través de Jesucristo quien es la salvación para todas las personas.
Piénsalo:
¿Por qué es necesario convertirte de creación a hijo?
¿Cómo puedes convertirte en un hijo(a) de Dios?