Site icon Pastor Guillermo Jiménez

Llora si es necesario

LLORA SI ES NECESARIO

“Cuando David y sus hombres vieron las ruinas y se dieron cuenta de lo que les había sucedido a sus familias, lloraron a más no poder” (1 Samuel 30:3-4 NTV).

La ciudad donde vivía David y su familia había sido atacada. Los ladrones habían saqueado el lugar y se habían llevado cautivos a los niños y a las mujeres, y además habían quemado las casas. ¿Qué hacer ante tal desgracia? ¿Qué haces cuando enfrentas algo inesperado de tal magnitud en tu vida?

1. Lo primero que quiero que entiendas es que no es malo llorar en ciertos momentos. 
Todo tiene su tiempo, hay tiempo para llorar y para reír. Cuando una persona está pasando por una pérdida, las lágrimas serán parte normal del proceso de sanidad. David y sus hombres eran hombres valientes acostumbrados a la guerra, pero llegaron a un momento que tuvieron que llorar.
La Biblia nos muestra que aún nuestro Señor Jesucristo lloró ante la pérdida de su amigo Lázaro (Juan 11:33-35).
El llanto es una forma de comenzar el proceso de recuperación después de una situación dolorosa como la muerte de un ser amado, o la pérdida de uno de tus padres debido al divorcio, o cualquier otro tipo de pérdida en lo emocional o material que te produce dolor.

2. En segundo lugar, debes determinarte a tomar una acción.
Decide no quedarte en el llanto. Algunas personas necesitarán más tiempo que otras para volverse a levantar. Sin embargo, cuida de que no te quedes demasiado tiempo en esa tristeza al punto que te cause depresión o te haga caer en vicios que destruirán al resto de tu familia y otras áreas de tu vida diaria.

Por ejemplo, si te quedas llorando en una depresión crónica y te niegas a ir a trabajar por mucho tiempo entonces perderás tu empleo o descuidarás tu empresa que tanto trabajo te ha costado, tu familia perderá todo y tu situación será peor que al principio de tu dolor.
David y sus hombres lloraron intensamente, pero luego se levantaron tomando fuerzas en el Señor para ir a rescatar sus familias.

“Así que David recuperó todo lo que los amalecitas habían tomado y rescató a sus dos esposas. No faltaba nada: fuera grande o pequeño, hijo o hija, ni ninguna otra cosa que se habían llevado. David regresó con todo. También recuperó los rebaños y las manadas…” (1 Samuel 30:18-20 NTV).

El consejo hoy es: Llora si es necesario, pero luego levántate. Pídele fuerzas a Dios y sigue luchando por los sueños que Él te ha dado.

Piénsalo:
¿Cómo puedes sanar el dolor que estás sintiendo?
¿Cuáles pasos de acción necesitas tomar para seguir adelante?

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