Mefisobet era el hijo de Jonatán, y la Biblia cuenta que él era el único que había sobrevivido en la familia de Saúl después de que los filisteos habían atacado a Israel. Este joven tenía los pies lisiados y se sentía indigno de que David le mostrara tanta bondad y honra.
Sin embargo, David era un hombre que temía al Señor, y por eso él sabía cómo honrar a los ungidos de Dios. Jonatán amaba a David como a sí mismo. Fue esta amistad genuina lo que los condujo a hacer un pacto entre ellos mismos.
Jonatán le dijo a David lo siguiente:
Por tal motivo, David se recordó de la promesa que le había hecho a su mejor amigo, y permaneció fiel a Jonatán y Saúl aun después de que hubieran muerto.
Cuando tu eres fiel, leal y obediente a Dios te conviertes en alguien que honra a aquellos que Él ha ungido y por consecuencia también cosechas honra. He aquí tres beneficios que producen la honra:
1.Bondad y misericordia.
2. Propiedades y tierras.
3. El privilegio de comer en el palacio.
Practica la honra a través de permanecer fiel y leal a Dios y a Sus ungidos, porque esto traerá bendición a tu presente y futuras generaciones, así como sucedió con las generaciones de Jonatán y David. Pues, Jesús mismo fue parte de la genealogía del rey David. Nuestro Rey Jesucristo también nos extiende misericordia y perdón, nos da la oportunidad de vivir en un país bendecido donde podemos gozar de la abundancia en todas las áreas de nuestras vidas.
Piénsalo:
¿Cómo estás practicando la honra en tu vida?
¿A quién puedes honrar en esta semana?