Mente desocupada, taller de satanás

MENTE DESOCUPADA, TALLER DE SATANÁS

“En la primavera, cuando los reyes suelen salir a la guerra, David envió a Joab y al ejército israelita para pelear…. Sin embargo, David se quedó en Jerusalén” (2 Samuel 11:1 NTV).

David cometió un error que le trajo muchos dolores de cabeza. Terminó acostado con la esposa de otro hombre cometiendo adulterio, conspiración de asesinato, sufrió y lloró porque su hijo, un niño sin culpa alguna, tuvo que pagar también las consecuencias de su pecado.

El problema comenzó porque David se quedó desocupado cuando debería haber estado trabajando. No era tiempo de quedarse en el palacio, era tiempo de salir a la guerra.

No te quedes en casa cuando es tiempo de estar en el trabajo, en la escuela o en la iglesia.

La Biblia dice:

En la primavera, cuando los reyes suelen salir a la guerra, David envió a Joab y al ejército israelita para pelear…. Sin embargo, David se quedó en Jerusalén (2 Samuel 11:1 NTV).

1. No permitas pensamientos negativos. No dejes que los pensamientos negativos llenen tu mente. Mantén el enfoque en las cosas importantes de tu vida.

2. No permitas acciones negativas. Mantente haciendo cosas productivas cada día. No te des el lujo de la pereza. No te quedes desocupado. No le des lugar a estar acariciando la tentación.

“Todo tiene su tiempo” (Eclesiastés 3:1) es bueno descansar, trabajar, divertirse, etc. Pero cuando hacemos cosas correctas en el tiempo incorrecto, entonces puede resultar en hacer cosas incorrectas. David se quedó en casa cuando debía estar trabajando y terminó pecando. No dejes que tu mente desocupada se convierta en el taller de satanás.

He visto personas que han cometido errores dolorosos para su vida porque se han distanciado de Dios y han dejado de servir en su iglesia. Vuelven a su vieja vida, caen una vez más en los hábitos destructivos que ya habían dejado, sufren otra vez depresión, adicciones, insomnios, y problemas financieros, laborales, emocionales, etc. Por lo tanto, mantén tus pensamientos y tus acciones diarias en las cosas importantes de tu vida, tu relación con Dios, tu familia, tu trabajo o tus estudios y el servicio a los demás.

Piénsalo:

¿Cómo estás cuidando tus pensamientos?
¿Tienes una mente ocupada o desocupada? ¿En que está ocupada tu mente o porqué la tienes desocupada?