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Cuida lo que dices cuando estás enojado

CUIDA LO QUE DICES CUANDO ESTÁS ENOJADO

“Me dije: Tendré cuidado con lo que hago y no pecaré en lo que digo. Refrenaré la lengua cuando los que viven sin Dios anden cerca” (Salmo 39:1 NTV).

Cuando estamos enojados debemos cuidar lo que decimos, porque las palabras no las podemos retomar.

¿Alguna vez has dicho cosas que quisieras poder volver atrás y haberlas expresado de otra forma? Te vas a encontrar en situaciones en el trabajo o en el matrimonio donde tendrás que recordar algunas reglas de la buena comunicación para evitar problemas.

1. Recuerda que el problema no es lo que dices, sino cómo lo dices.

“Me dije: Tendré cuidado con lo que hago y no pecaré en lo que digo. Refrenaré la lengua cuando los que viven sin Dios anden cerca” (Salmo 39:1 NTV).

¿Has oído gente que dice “yo no tengo pelos en la lengua”? Estas personas argumentan que ellos hablan simplemente la verdad.
Pero debes recordar que no se trata sólo de decir las cosas correctas, sino también decirlas de la forma correcta, a la persona correcta (no chismes) y en el tiempo correcto.

2. No guardes frustración en tu corazón porque eso te envenenará y te robará tu paz y te puede costar un empleo o un divorcio.

“Pero mientras estaba allí en silencio —sin siquiera hablar de cosas buenas—, el torbellino en mi interior se hizo cada vez peor. Cuanto más pensaba, más me enardecía, hasta que disparé un fuego de palabras:” (Salmo 39:2-3 NTV).

Sólo puedes aguantar hasta cierto punto, pero eventualmente tu frustración te hará explotar y hablar con ira arruinando tus relaciones y empeorando las cosas. Por ejemplo, el hablar con ira te puede costar una bendición o una oportunidad para crecer.

3. Ventila toda situación.
No debes guardar conflictos sin resolver especialmente cuando sabes que sólo deterioran más la relación. Si tú sabes que hay algo pendiente en tu matrimonio, entonces no le des la vuelta y pienses que “el tiempo arregla todas las cosas”. No. El tiempo empeora las cosas cuando hay un conflicto sin resolver.
Se valiente y decídete a arreglar todo conflicto, hazlo rápidamente, Bíblicamente, con respeto y con dignidad, sin disparar un fuego de palabras destructivas.
Recuerda esta frase y resolverás más fácilmente tus problemas: “no es lo que digo, sino como lo digo”.

“Manzana de oro con figuras de plata es la palabra dicha como conviene” (Proverbios 25:11 RV60).

Piénsalo:

¿Qué relación has arruinado con tus palabras? ¿Cómo puedes arreglar esa relación esta semana?
¿Cómo puedes monitorear tus palabras cuando estás enojado?

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