He notado que la gente usa la música para varias cosas. La música es una forma de expresar los sentimientos y pensamientos de una persona. Puedes encender la radio en tu carro y escuchar canciones que hablan de cosas tristes, o de alegría, de violencia, o de paz. La gente le canta a la naturaleza, a los caballos, a las mujeres, a los pajaritos, a la muerte, a la violencia, al sexo, a las montañas, etc. pero curiosamente son raras las veces que le cantan a Dios.
Lo que me parece un poco extraño es que la mayoría de las personas se envuelven en la música en muchos lugares, pero muestran indiferencia o frialdad en la iglesia. Los veo apasionados cantando, o moviendo sus cuerpos en diferentes lugares como en fiestas, en la tienda, en el shopping mall, en la playa, y aún cuando van manejando en su carro, pero algo sucede en sus mentes cuando vienen a la iglesia y no cantan con la misma pasión.
La música y los cantos en la iglesia se conocen comúnmente como “alabanza y adoración”. El participar de este tiempo durante los servicios en tu iglesia tiene efectos poderosos. Desata el poder de Dios, crea una atmósfera de milagros, activa tu fe en Dios porque estás cantando a Dios, te ayuda a enfocarte en las soluciones y no en los problemas, te revigoriza con fuerzas nuevas para seguir luchando por tus sueños, te enfoca en el Señor y en Sus planes para tu vida.
He aquí algunas razones para cantar y como cantar:
¿Notaste una parte que dice que puedes “gritar” la alabanza con alegría? Eso se refiere a que puedes cantar en voz alta, no es prohibido, es correcto alzar tu voz cantando en la iglesia si así lo deseas.
Te invito a que por las próximas tres semanas vayas a tu iglesia temprano y cantes todas las canciones, independientemente de tu gusto o estilo favorito, sólo hazlo, y estoy seguro que algo maravilloso comenzarás a experimentar.
Piénsalo:
¿Cuáles razones o límites te han detenido a no cantarle a Dios?
¿Cómo puedes ser una alabanza caminando ya sea en la iglesia o afuera de la iglesia?