LAS CUATRO PETICIONES DE JABES
“Él (Jabes) fue quien oró al Dios de Israel diciendo: ¡Ay, si tú me bendijeras y extendieras mi territorio! ¡Te ruego que estés conmigo en todo lo que haga, y líbrame de toda dificultad que me cause dolor!; y Dios le concedió lo que pidió” (1 Crónicas 4:10 NTV).
Este hombre no anduvo con rodeos, no le pidió a Dios cualquier cosita secundaria en la vida. ¿Qué le pedirías tú el día de hoy, dinero, una casa, un carro, un traje que te gusta?
Veamos lo sabio que fue Jabes al pedirle a nuestro Señor lo siguiente:
1. Bendición
La bendición es la autorización dada por Dios para progresar sobrenaturalmente en todo lo que hagas aún y a pesar de las circunstancias adversas. La bendición de Dios instantáneamente cambia los escenarios de tu vida.
2. Extensión de territorios
Habla de extender tus áreas de influencia.
“¡Ay, si tú me bendijeras y extendieras mi territorio!” (1 Crónicas 4:10 NTV).
3. Presencia de Dios
Esto se refiere al respaldo del Señor en lo que haces, a entender Su dirección y Su propósito para tu vida. Cuando te encuentras viviendo en el propósito del Padre Celestial eres la persona más feliz del mundo, y todo lo que haces es prosperado (Salmo 1:3).
Esta fue la misma petición que hizo Moisés a Dios. Nosotros también debemos aprender a hablar como Moisés y decirle al Señor, “Si tú no vas conmigo en tal proyecto, yo no quiero ir”.
4. Protección
“Ningún arma que te ataque triunfará. Silenciarás cuanta voz se levante para acusarte. Estos beneficios los disfrutan los siervos del Señor; yo seré quien los reivindique. ¡Yo, el Señor, he hablado!” (Isaías 54:17 NTV).
Lo más importante de este pasaje es que Dios Padre le concedió todo lo que Jabes le pidió.
“… y Dios le concedió lo que pidió (1 Crónicas 4:10 NTV).
Jesús dijo:
“Pidan, y se les dará; busquen, y encontrarán; llamen, y se les abrirá. Porque todo el que pide, recibe; el que busca, encuentra; y al que llama, se le abre” (Mateo 7:7-8 NVI).
“Pues si ustedes, aun siendo malos, saben cómo darles cosas buenas a sus hijos, imagínense cuánto más dispuesto estará su Padre celestial a darles lo que le pidan” (Mateo 7:11 PDT).
Piénsalo:
¿Qué le pedirías a Dios hoy si tuvieras asegurado que te respondería?
¿Por qué lo que acabas de pedir es lo más importante para tu vida?