Recuerdo que en alguna ocasión miré algunas personas caminando sobre sus rodillas, era una escena muy llamativa. Las rodillas ensangrentadas, las muestras de dolor en sus rostros, los ojos llorosos, y las caras de aparente piedad. Creo que estas personas estaban tratando de acercarse a Dios, porque procuraban agradarlo con su sacrificio y dolor.
Pero en esta porción de la Biblia Dios nos expresa que hay algo más importante que golpear nuestras espaldas con un látigo, o que caminar sobre nuestras rodillas en una procesión, o que ofrecer animales sacrificados o aún ofrecer grandes ofrendas de dinero. Hay tres cosas en este versículo que Dios considera más valiosas y que pide de nosotros cada día: justicia, misericordia y humildad.
1. Justicia.
Esto nos habla de hacer lo correcto en todo lo que hagamos, tenemos que ser honestos en nuestros negocios, en nuestro trabajo o empresa. También se refiere a tratar a otros justamente y sin hacer excepción de personas, sin discriminar por su posición social, o su nivel de educación, o el color de su piel. ¿Cómo tratamos a las personas? ¿Hacemos negocios limpios?
Recuerda, jamás vendas tu carácter ni tu integridad bajo ninguna circunstancia, especialmente por una injusticia. Tu carácter y honestidad es más valioso que cualquier sacrificio que le puedas ofrecer a Dios.
La Biblia dice:
Piénsalo:
¿Cómo estás practicando la justicia en tu diario andar?
¿Qué te está pidiendo Dios? ¿Qué necesitas ajustar en tu vida a fin de ser una persona de integridad y carácter?