Cómo saber para qué nací

CÓMO SABER PARA QUÉ NACÍ

“… El Señor me llamó desde antes que naciera; desde el seno de mi madre me llamó por mi nombre” (Isaías 49:1 NTV).

Tú no eres un accidente en la tierra, ni yo tampoco. Todos nacimos con un propósito definido, pero es necesario que evaluemos y revisemos si estamos operando y viviendo en la voluntad y en el propósito de Dios.

“… El Señor me llamó desde antes que naciera; desde el seno de mi madre me llamó por mi nombre” (Isaías 49:1 NTV).

¿Cuáles son dos señales de que estoy en mi propósito?

1. Entusiasmo.
“En” significa dentro y “Teos” quiere decir Dios. Cuando estoy haciendo algo para lo que Dios me creó me siento entusiasmado, contento, no me molesta trabajar más tiempo, no reniego, me energetíza, no me tienen que supervisar para que lo haga bien, lo haría aunque no me pagaran.

Por el contrario, cuando estoy fuera de mi propósito, no lo disfruto, me desgasta, me quejo, me lamento, pongo excusas, me tienen que supervisar, y me tienen que motivar continuamente.

2. Efectividad.
Cuando estoy dentro de mi propósito trabajando apoyado en mis fortalezas en aquello para lo que fui hecho, soy fructífero por naturaleza, mi labor produce resultados sobresalientes.

Jesús lo dijo así:

“por sus frutos los conoceréis” (Mateo 7:20 RV60).

Dios te llamó desde antes que tú nacieras. Hay una asignación y un propósito por el cual naciste y tú eres el indicado para descubrir cuál es esa asignación. ¿Qué te apasiona? O ¿Qué te enfurece? Quizás eso es tu asignación.

Piénsalo:

¿Cómo sabes que estás en tu propósito?
¿Qué te apasiona… que te duele? Puede que eso sea tu propósito.