DIOS NO ES EL AUTOR DEL MAL
Dios no es el causante de nuestro sufrimiento. Su voluntad no es que nosotros pasemos dolor porque Él no es cruel, ni minimiza lo que estemos atravesando. Al contrario, Él es bondadoso, comprensivo y misericordioso.
Muchos piensan que las dificultades son un castigo de parte de Dios porque hicieron algo malo, pero no es cierto. Es lógico que, si nosotros hacemos mal, vamos a cosechar malas consecuencias. Del otro lado, hay otros que pasan por injusticias sin haber hecho ningún mal, ¿por qué? Porque estamos en un mundo caído.
La verdad es que el Señor tiene planes y pensamientos buenos para nosotros. Él nos ve realizando nuestros sueños, restaurando nuestra familia y matrimonio. Nos ve viviendo en abundancia y no en pobreza. Nos ve levantados y no caídos. Él tiene un propósito bueno contigo y conmigo.
A veces nosotros somos los que nos metemos en problemas, pero hay veces que es el diablo quien nos quiere hacer la vida imposible. El enemigo quiere destruir y matar todo lo que se parece a Dios y es por eso que intentó matar a Jesús en la cruz del Calvario, pero como no lo pudo lograr, ahora te quiere matar a ti y a mi. Por ende, siempre experimentaremos oposición en este mundo.
A lo que voy con todo esto es que Dios no es el culpable de todo lo malo que te ha pasado. Aunque preguntes, “¿A dónde estaba Dios cuando me estaba muriendo por dentro a causa de todo el dolor que sentía en mi corazón?” Siempre ha estado presente, y le ha dolido muchísimo tener que verte en esa condición, porque Él también es Padre.
No permitas que la amargura arruine la imagen de Dios en tu vida. Él es bueno y en sus brazos te ha cargado durante los momentos que tu no has podido más por eso todavía sigues aquí. No te rindas ahora, has llegado desde muy lejos y estas apunto de experimentar la bondad de Dios.
Piénsalo:
¿Por qué te has sentido enojado con Dios?
¿Qué te hizo dudar de Dios? ¿Cómo te puede sanar el saber que Dios no es el autor del mal?