MOISÉS Y AARÓN ANTE EL FARAÓN
Antes de que el pueblo judío fuera liberado de Egipto, se encontraba en condiciones terribles de esclavitud y rogaban a Dios por el salvador que los liberara.
Cuando Moisés regresó a Egipto después de su destierro y ordenó al Faraón dejar libre a su pueblo, como dice el versículo, éste se enojó de tal manera que aumentó el trabajo de los esclavos.
El pueblo no estaba nada contento, de hecho, se enojaron con Moisés por haber provocado la ira de Faraón. Pero aún así, Dios quería que todo el pueblo le hiciera fiesta en el desierto.
Yo creo que en una situación tan difícil los judíos no tenían ningunas ganas de hacer fiesta, lo que probablemente querían era salir de la esclavitud y llegar a la tierra prometida, tal vez entonces, harían fiesta, tal vez entonces, tendrían algo por lo cual celebrar. ¿No es así?
Pero los planes de Dios siempre son otros, su orden no es nuestro orden. Dios quería que primero le hicieran fiesta y luego, los llevaría a la tierra prometida. Primero quería probar su fidelidad y luego les daría la promesa.
Puede ser que te encuentres en una situación similar y estés atravesando por un momento difícil como los esclavos judíos, puede ser que no tengas ánimo de celebrar nada, sin embargo, Dios nos dijo en esta semana, a través del profeta David Navarro que visitó nuestra iglesia, que al igual que el pueblo judío, nuestra tierra prometida viene después de celebrar a Dios en nuestro desierto.
“Dios no te ha dado lo que te ha prometido porque no has aprendido a hacer fiesta en tu desierto”, dijo el profeta.
Algunas veces las personas se preguntan por qué Dios no les responde sus peticiones, si es que le sirven, oran y tienen fe. Todavía se preguntan si hay algo más que tienen que hacer. La respuesta podría encontrarse con otra pregunta. ¿Has honrado a Dios poniendo alegría en tu corazón aún cuando estás pasando por momento difícil, o estás esperando a estar alegre una vez que llegue lo que esperas? En otras palabras, ¿vives amargado o vives feliz?
Si estás esperando a ser feliz hasta que Dios responda tus oraciones y cumpla sus promesas, estás en el orden equivocado para Dios. Primero celebra, alaba y se alegre y luego vendrá tu bendición. De lo contrario podrías perder de vista el resto de las bediciones que sí han llegado ya a tu vida.
Recuerda lo que dice Habacuc 3:17-18.
Con todo, yo me alegraré en Jehová. Y me gozaré en el Dios de mi salvación.
Piénsalo
¿Hay alguna fecha en especial que has evitado celebrar por causa de una mala experiencia?
¿Estás dispuesto a mostrar tu mejor rostro al Señor y hacer fiesta en tu corazón aún en los momentos difíciles?