EL PODER DE LAS CONVICCIONES
Estos tres jóvenes estaban mostrando sus convicciones ante las amenazas de ser quemados vivos. Le respondieron al rey algo parecido a esto: “mire señor rey, ya usted nos conoce, sabe cuáles son nuestros valores y ni siquiera vamos a discutir este asunto con usted, simplemente no vamos a adorar esa estatua porque tenemos algunas convicciones en nuestro corazón.
Primero, Dios nos protegerá. Si usted hace algo contra nosotros él nos salvará. Segundo, si no nos salvara de igual manera no haremos algo que va contra nuestros valores y al final Dios nos dará algo mejor”.
Esa estatua pudiera representar hoy a las comunes tentaciones del amor al materialismo, el dinero ilegal, el sexo compulsivo e inmoral fuera del matrimonio, adicciones, y demás conductas destructivas.
La próxima vez que nos encontremos con la tentación de ceder a las ofertas inmorales de este mundo recordemos nuestras convicciones y nuestros valores.
Resiste, por ejemplo, cuando te ofrezcan hacer un jugoso negocio “torciendo sólo un poquito las reglas”, o cuando el preparador de impuestos te anime a mentir en tu declaración; o cuando el muchacho te dice vamos a lo oscurito y “si en verdad me amas, muéstramelo (en la cama)”. Ten cuidado cuando alguien que te dice, “Todo mundo lo hace, es normal ¿por qué tú no lo haces?”.
Tú puedes ser como el mundo cualquier día, pero no cualquiera puede ser como tú. Cuida tus principios y convicciones, jamás los comprometas por algo pasajero. No hay nada más valioso en un ser humano que los valores que dictan su conducta e identidad como persona. Tuú eres el Daniel de este tiempo que tiene el poder para mostrar la gloria y el favor de Dios a través de tu fidelidad a tus convicciones. Sigue siendo la mejor versión de tu mismo.
Piénsalo:
¿Cuáles son tus convicciones?
¿Cómo sabes que estás siendo fiel a tus valores y convicciones?