NO TE QUEDES CALLADO
Dios nos ha dado a todos algo bueno para contribuir para que nuestra sociedad sea mejor. No nacimos sólo por accidente, tenemos un propósito grande.
Dios nos dio el privilegio de servir en la iglesia, de predicar, de compartir con otros las buenas noticias de la Biblia. Si te niegas a hacerlo Dios siempre encontrará otra persona que esté dispuesta, pero tú te habrás perdido el privilegio de que Dios haya usado tu vida para transformar a otros, te perderías la satisfacción de ver jóvenes, niños y matrimonios restaurados.
Usa aún tu sufrimiento para ayudar a otros que estén pasando por lo que tú ya superaste. ¿Quién mejor para ayudar a alguien en el luto que ha perdido a un ser amado antes? ¿Quién podría animar a una persona que está pasando por el doloroso proceso del divorcio, que otra que haya caminado por ese sendero oscuro también y lo haya superado?
¡No te quedes callado! No tengas miedo de anunciar las buenas nuevas en tus conversaciones diarias. Dios te ha hecho nacer en este tiempo y te ha posicionado en el lugar de trabajo, en la iglesia, y en el país correcto para cumplir con una asignación divina que sólo tú puedes llevar a cabo.
A lo mejor tu no te esperabas estar en el país que estás hoy en día, ni en el empleo, iglesia o familia que tienes hoy por hoy, pero no es un accidente, estás allí para aportar algo de valor que hará tu familia y sociedad un lugar mejor. Eres alguien de gran valor y Dios confía que tu tienes la capacidad para hacer la diferencia en tu sociedad.
Quizás no podrás tocar a todo mundo, pero podrás tocar las vidas de aquellos que son parte de tu mundo, que al final forma el mundo entero. Si tu logras educar y formar una familia sana con valores y principios bíblicos, podrás aportar al mejoramiento de tu comunidad y sociedad. ¡No te quedes callado!
Piénsalo:
¿En cuales áreas te has quedado callado?
¿Qué puedes hacer hoy en tu mundo, para cambiar el mundo entero poco a poco?