NO TEMAS, SÓLO DEBES CREER
Cuando estamos en espera de la respuesta de Dios a nuestras oraciones y ésta no llega, podemos perder la fe. Sin embargo, en el pasaje anterior vemos que parecía que ya no había esperanza para Jairo, pero Dios le dijo estas hermosas palabras, “No temas. Sólo debes creer”.
Esas mismas palabras hoy el Señor Jesús te las repite para que sepas que aun cuando ya existe un diagnóstico, una decisión de un juez en la corte, un problema en el matrimonio y pareciera que ya no hay esperanza a nuestro problema o situación, no temas, cree en Él.
Podrás preguntarte, ¿cómo no voy a perder la fe si veo que Dios tarda en contestarme? ¿Por qué sí ha contestado las respuestas de otros que ni siquiera sirven en la iglesia tanto como yo y a mi no me responde todavía?
La respuesta puede aclarártela el resto de la historia de Jairo, quien era un líder de la sinagoga, es decir, una persona que servía a Dios. Cuando vio a Jesús, se postró ante Él y le pidió que fuera a su casa a sanar a su hija porque ésta se estaba muriendo.
De camino, ocurrió que una mujer con flujo de sangre tocó su manto y fue sana, pero cuando Jesús sintió el milagro que había salido de sí mismo, se detuvo a preguntar por la persona que lo había tocado.
Entre el alboroto que se hizo, Jesús se detuvo hasta que descubrió a la mujer y le confirmó que su fe la había sanado. Eso provocó un retraso en su camino a casa de Jairo. Es entonces cuando vienen a decirle que su hija había muerto, que ya no tenía caso que Jesús fuera a la casa.
Pueden imaginarse el sentimiento de Jairo, su hija, aquello por lo que estaba pidiendo, había muerto, por lo tanto, ya no había esperanza. Tal vez pensó que, si Jesús no se hubiera detenido a preguntar por la mujer del flujo de sangre y hubiera seguido su camino, hubieran llegado a tiempo para salvarla.
Tal vez se preguntó lo mismo que tú ¿por qué le llegó la respuesta a la mujer del flujo de sangre y a él no?
Sin embargo, la Biblia dice que nuestro Señor Jesús le dijo a Jairo que creyera y cuando llegó a su casa, afirmó que la niña no estaba muerta, sino que sólo dormía, de modo que cuando le dio la orden de levantarse, ésta se levantó y caminó, respondiendo así la petición de Jairo, no sin antes, responder también la petición de la mujer del flujo de sangre.
Si tú crees que Dios se ha retrasado en contestar tus oraciones, Él te dice hoy que no temas, solamente ten fe, porque Él te va a contestar de una manera más asombrosa de lo que tu te imaginas.
Piénsalo:
¿Qué has dado por perdido porque ves que no te ha llegado la respuesta de Dios?
¿Estás dispuesto a revivir esas peticiones y seguir creyendo en que la respuesta de Dios llegará a su tiempo?