Site icon Pastor Guillermo Jiménez

El poder de tus palabras

EL PODER DE TUS PALABRAS

“EL ESPOSO: ¡Qué hermosa eres, amada mía, qué hermosa!Tus ojos son como palomas.LA ESPOSA: ¡Y tú eres tan apuesto, amor mío, tan agradable que no puedo expresarlo! La tierna hierba es nuestra cama” (Cantares 1:15-16 NTV).

Yo sé que estas frases son bastante poéticas, pero quizás nos recuerdan que debemos esforzarnos por mantener un lenguaje de amor en el matrimonio y en el hogar.

Quizás no nos diremos poemas el uno al otro, pero evitar el lenguaje agresivo y usar palabras amables más frecuentemente cultivará el respeto, la admiración, y el amor a largo plazo.

Hoy día los matrimonios y aun los hijos en el hogar están demasiado familiarizados y no se respetan y admiran el uno al otro. Es muy importante formar un ambiente de respeto y amor en la familia, porque de una familia depende la salud de una ciudad, un país y el mundo entero. Todo empieza en la casa.

Cuando estés con tu familia aprovecha cada momento para disfrutarlo, que cada día que te levantes puedas reconocer la gran bendición de tener una familia, un esposo o una esposa.

No tomes livianamente el regalo de ser parte de una familia, porque la familia es una prioridad muy grande en la vida, es con nuestra familia que servimos al Señor, es con nuestra familia que cumplimos nuestro propósito y dejamos un legado de excelencia a nuestras generaciones venideras.

Habla bien y con sabiduría en casa, porque tus hijos y tu amado(a) escucha y aprende de lo que tu dices. Las palabras son poderosas, la Biblia dice que, “La lengua puede traer vida o muerte; los que hablan mucho cosecharán las consecuencias” (Proverbios 18:21 NTV).

Las palabras tienen el poder de edificar a tu familia o destruirla. Tus palabras definen muchas veces lo que tu cónyuge e hijos piensen de sí mismos, determinan el lenguaje y por ende el comportamiento en la casa y en todas partes.

Se sabio y cuida lo que dices. Usa palabras dulces, motivadores e inspirantes a fin de sostener la torre fuerte que juntamente con tu cónyuge has formado. Hoy practica el usar palabras amables en tu matrimonio y en tu familia.

Piénsalo:

¿Cómo están aprendiendo tus hijos a expresarse en el hogar?
¿Qué le puedes decir a tu cónyuge, hijo, hija o familiar a fin de sostener una relación saludable con ellos?

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