LA RUTA DEL SERVICIO
No es malo querer ser el primero en algo. Lo malo son los medios que se usan para llegar a ser el primero. Dios nos ha creado para ser las mejores versiones de nosotros mismos a través del servicio.
En el mundo común, a menudo los que tienen rangos de influencia se enseñorean de aquellos a quienes dirigen. Los supervisores se enseñorean de sus trabajadores; los ricos a veces tratan despectivamente a los de clase más baja; los políticos se envanecen y atropellan a otros con el poder que les da su posición.
Sin embargo, hay otros que han comprendido que el servicio es el verdadero camino al éxito.
Los verdaderos líderes ganan su lugar de influencia sirviendo a sus semejantes. Llegan a la cúspide del liderazgo sanamente, se convierten en empresarios de verdadero éxito, sobresalen entre los demás porque tienen una actitud humilde. Son personas que encuentran el propósito de su existir y viven para enriquecer a otros mientras caminan por esta breve temporada llamada vida.
No es malo aspirar a llegar a ser el primero en el trabajo, en tu empresa propia, en tu salón de clase o en tu equipo ministerial; sólo que debes llegar ahí por la ruta del servicio. Sirve con las motivaciones correctas para ser promovido.
Hay muchas tácticas que parecen ser ventajosas, pero el servicio es la ruta más corta y saludable.
Piénsalo:
¿Hasta dónde quieres llegar? ¿Por qué?
¿Cómo puedes ser de servicio para alguien hoy?