MANTENTE DESPIERTO
Una persona “dormida” no se da cuenta de lo que está sucediendo en su derredor. No puede aprovechar las buenas oportunidades. Se pierde el espectáculo si está dormido en el teatro. Se pierde la bendición y los milagros si se duerme en la iglesia. Se le pasa por alto disfrutar los detalles bellos de su cónyuge y sus hijos. Además, no se alista para cuando Jesús regrese.
Muchas veces los problemas nos ciegan, nos distraen y nos desgastan al punto que nos dormimos. ¿Cómo? Nos dormimos cuando comenzamos a actuar como el montón, cuando empezamos a darnos por vencidos ante los retos, y cuando comenzamos a perder la pasión y el entusiasmo por vivir y emprender proyectos nuevos.
Es fácil ser un dormilón, pero no todos se pueden mantener despiertos durante el proceso de la vida. En mi corazón hoy está el impulso de recordarte de que esta vida es corta y que necesitas mantenerte despierto. No desmayes, sé que es difícil creer cuando parece que Dios no tiene sentido, pero tu fe y determinación de seguir despierto causará que la mano de Dios se mueva sobre tu vida.
No te dejes adormecer por las adversidades, esfuérzate, cambia tu actitud y decide ser un triunfador. En ti está la decisión de levantarte o quedarte dormido. La vida no es fácil, pero si te aferras a Dios podrás mantenerte despierto no importando cual sea tu circunstancia.
Debemos dejar la pasividad en todas las áreas de nuestra vida. Vivamos despiertos, alertas, gozosos, con propósito, no sea que lleguemos a arrepentirnos por no haber despertado de antemano. Despierta, esta pesadilla también pasará y hará de ti un triunfador.
Piénsalo:
¿Cómo sabes que estás despierto en este día?
¿Cuáles problemas te han querido adormecer?
