Site icon Pastor Guillermo Jiménez

Está bien esperar

ESTÁ BIEN ESPERAR

“Espero en silencio delante de Dios, porque de Él proviene mi victoria” (Salmo 62:1 NTV).


Está bien esperar cuando no sabes que decir ni que hacer. No es el fin del mundo estar en la posición de no saber qué hacer, porque cuando tú no sabes que hacer ni que decir, le das lugar a Dios para hacer lo que tú no puedes hacer.

Hoy te voy a compartir lo que yo hago cuando yo no sé qué hacer ni que decir, y también te voy a compartir lo que hago cuando me siento amenazado en la vida.

1.Cuando no estoy seguro de que hacer, espero sin hacer nada. Sé que en la oración el Señor me dará dirección.

La Biblia nos aconseja lo siguiente:

“Quédense quietos, reconozcan que yo soy Dios. ¡Yo seré exaltado entre las naciones!¡Yo seré enaltecido en la tierra!” (Salmo 46:10 NVI).


Cuando yo digo que me quedo sin hacer nada, es porque me quedo quieto, en otras palabras, espero en la dirección de Dios y no tomo acción hasta que Él me de la paz para hacerlo. No me desespero, porque sé que Él me hablará en el tiempo indicado, confío en Él.

2. Cuando no sé qué decir espero en silencio delante de Dios. Luego leo Su Palabra y encuentro sabiduría para hablar.

¿Te has sentido como que ya no sabes que decir? Si se te acaban las palabras, entonces es una buena oportunidad para escuchar a Dios. A veces nos olvidamos que Dios es una persona, a pesar de que le fascina escuchar tu voz, Él también desea hablar a tu corazón.

Cuando quieras escuchar Su voz, quédate en silencio y lee Su Palabra y te aseguro que Él te dará sabiduría.

3. Cuando me siento amenazado me refugio en Dios.

“Solo Él es mi roca y mi salvación, mi fortaleza donde jamás seré sacudido”(Salmo 62:2 NTV).

En esta vida vamos a ser amenazados de diferentes formas ya sea por la economía, por casos legales, por alguien o por alguna circunstancia. Sin embargo, Dios Padre es un refugio seguro y es inmovible.

¡Construye tu vida sobre la Roca que es el Padre Celestial, y venga lo que venga, no serás movido!
 

“Espero en silencio delante de Dios, porque de él proviene mi victoria” (Salmo 62:1 NTV).


Piénsalo:

¿En qué necesitas esperar un poquito más hasta ver la mano de Dios?
¿Qué aun no sabes cómo decir? ¿Qué aun no sabes cómo hacer?

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