UN HOMBRE CONFORME AL CORAZÓN DE DIOS
Una de las razones por las que David tenía un corazón conforme al corazón de Dios es porque se arrepentía fácilmente cuando había pecado. Nadie lo tenía que forzar a confesar sus fallas y arrepentirse, él simplemente no quería perder el Espíritu de Dios, por ende, se humilló delante del Señor y volvió su corazón a Él.
En este pasaje, lo que aprendí fue que no debo justificar mis faltas. Es mejor confesar reconociendo mis errores con humildad para entonces alcanzar el perdón y la restauración. Todos vamos a cometer errores porque nadie es perfecto, pero todos tenemos la misma oportunidad de confesar y arrepentirnos.
Jamás quiero darme el lujo de justificar mis errores, porque sé que esto sólo va a retrasar el cumplimiento de la Voluntad de Dios en la ciudad de Las Vegas. A mí y a Pastora Dinora nos ha agradado profundamente hacer Su Voluntad, pues para eso vivimos.
Quiero ser un hombre conforme al corazón de Dios y cuando llegue al cielo sólo quiero que el Señor nos diga a Pastora Dinora y a mí, “Hijos estoy orgullosos de ustedes”. Anhelo complacer a mi Padre Celestial.
¿Conforme a qué o quién eres? ¿Está definido tu propósito? Recuerda que en esta vida todo se quedará atrás lo único que nos vamos a llevar son nuestras propias almas y las almas que ganamos para Cristo.
No vale la pena desviarnos de Su Voluntad a causa de cubrir nuestros pecados, mejor confesemos nuestras fallas, apartémonos de aquella piedra que nos hace tropezar y sigamos alcanzando Su misericordia.
Procura ser una persona conforme al corazón de Dios. ¿Cómo puedes llegar a ser esta persona? A través de vivir en obediencia haciendo todo lo que Él te pide y siendo sincero cuando cometes un error. Él no está buscando perfección, Él está buscando un corazón dispuesto a hacer Su Voluntad. ¿Puede Dios contar contigo?
Piénsalo:
¿Qué tan sincero has sido con el Padre Celestial últimamente?
¿Cuáles errores has justificado que necesitas admitir a fin de alcanzar la misericordia del Señor?