ACEPTA A TODOS AUNQUE SEAN DIFERENTES A TI
Muchas veces los seres humanos nos quejamos por las diferencias que tenemos con las otras personas: la mujer es diferente al hombre, los temperamentos son distintos, las formas de hacer las cosas, de reaccionar, las diferentes culturas, etc.
Para llevarnos bien con los demás lo primero que debemos de aceptar es que las diferencias no son un problema, sino una oportunidad que Dios creó para que nos complementemos y nos reforcemos los unos a los otros.
Las diferencias del esposo deben enriquecer a la esposa y viceversa, las relaciones con los compañeros, amigos, familiares, o hermanos en Cristo, no deben ser una amenaza a nuestra forma de ser, sino una oportunidad para hacer equipo, para lograr grandes cosas, para ser complemento en aquellas cosas que nosotros no tenemos.
Dios quiere que seamos felices en las relaciones con los demás, una buena relación entre esposos, produce hijos felices y seguros, una buena relación entre padres e hijos crea familias fuertes y sanas, las buenas relaciones en el trabajo, en la Iglesia, ayuda a formar comunidades lejos de tanta maldad.
Si hay alguien diferente a ti a tu alrededor aprovecha sus diferencias, no las conviertas en un problema para tu vida, sino en una fortaleza. Aprendamos a llevarnos bien con todas las personas aceptando sus diferencias y seamos felices cada día.
Piénsalo:
¿Hay alguien diferente a tien tu ambiente? ¿Cómo recibes sus diferencias como amenazas o como oportunidades?
¿Qué puedes hacer diferente el día de hoy para aceptar las diferencias de tu cónyuge, compañeros, padres, hijos o amigos?