NO DEBAS NADA A NADIE
Todavía es un buen tiempo para poner orden en nuestra vida financiera y disfrutar de paz en nuestros hogares sin tener deudas pendientes.
El principio sencillo es este: gastar menos de lo que entra mensualmente a tu casa. La forma de lograrlo es usando un presupuesto escrito.
Una de las fórmulas saludables al escribir un presupuesto es usar la regla del 10-10-80. El primer diez por ciento lo apartamos para Dios; el segundo diez por ciento para ahorros; y vivimos con el ochenta por ciento.
Antes de pedir un préstamo para comprar un carro nuevo o comprar un televisor más moderno usando tarjetas de crédito, sería bueno pausar y preguntarse: ¿Es una necesidad, es un gusto, o es un lujo? ¿Podría esperar un poco sin pagar tanto interés y mejor ahorrar y comprarlo en efectivo?
1.Las deudas esclavizan a la persona.
“Los ricos son los amos de los pobres; los deudores son esclavos de los prestamistas” (Proverbios 22:7 NTV).
2. Las deudas estresan el matrimonio.
La pareja es esclava del banco o del dealer y por ende no pueden disfrutar su vida familiar y resulta en fricciones, desacuerdos y peleas innecesarias.
3. Las deudas roban tu paz.
5. Las deudas roban tu futuro.
El dinero pagado en intereses pudiera estar invertido y ganando intereses para cuando tus hijos vayan a la universidad o para tu retiro.
Piénsalo:
¿Con qué te endeudaste en el pasado que causó fricción en tu matrimonio? ¿Has pensado en adquirir alguna cosa cara últimamente? ¿Es una necesidad o un lujo? ¿Cuánto tendrás que ahorrar para comprarlo en efectivo sin que te endeudes?