¿Por qué vienen las distracciones?

¿POR QUÉ VIENEN LAS DISTRACCIONES?

“Fijemos la mirada en Jesús, el iniciador y perfeccionador de nuestra fe, quien, por el gozo que le esperaba, soportó la cruz, menospreciando la vergüenza que ella significaba, y ahora está sentado a la derecha del trono de Dios” (Hebreos 12:2 NVI).

El propósito de las distracciones es desgastarte para que no corras con paciencia la carrera que tienes por delante. Sabes, el diablo quiso desgastar a Jesús a través de las ofensas, quiso desviarlo de cumplir su asignación en la tierra, y eso era morir por la humanidad para que tuvieran vida eterna con Dios.
Cuando Jesús iba rumbo a la cruz, Él no miraba la cruz y las ofensas, Él te estaba mirando a ti y a mí. Su enfoque no fue distorsionado por los dardos que el enemigo le estaba tirando. Él estaba completamente decidido a soportar la cruz que tú y yo nos merecíamos con el fin de que entráramos al gozo del Señor.

Las ofensas y el sufrimiento que pasamos en la vida quieren venir a desviarte. Pero tienes que aprender a discernir estas distracciones y ver tu bendición a través de las críticas, a través del rechazo y a través del desánimo. Para poder llegar a tu destino, es necesario que primero pases por diferentes circunstancias, ya sean fuertes o no.

Satanás quiere desgastarte para que no vayas a la cruz. Debes morir a tu egoísmo para que puedas obtener la bendición que está al otro lado de la cruz. Jesús no se dejó distraer por la cruz que estaba en frente de él, sino que su enfoque se intensificó al recordar su propósito en Dios.

En este día recuerda tu propósito en Dios, recuerda que tu tiempo en la tierra es breve, así que intensifica tu enfoque y vive como que si fuera tu último día. No estás solo, Dios siempre está contigo y Él es el gozo eterno que te espera al otro lado de la cruz.

“Fijemos la mirada en Jesús, el iniciador y perfeccionador de nuestra fe, quien, por el gozo que le esperaba, soportó la cruz, menospreciando la vergüenza que ella significaba, y ahora está sentado a la derecha del trono de Dios” (Hebreos 12:2 NVI).

Piénsalo:

¿Qué representa tu cruz?
¿Has escrito tu propósito para poder recordarlo todos los días? Hazlo si aún no lo has hecho.