Cuidemos nuestras motivaciones

CUIDEMOS NUESTRAS MOTIVACIONES

“Luego observé que a la mayoría de la gente le interesa alcanzar el éxito porque envidia a sus vecinos; pero eso tampoco tiene sentido, es como perseguir el viento” (Eclesiastés 4:4 NTV)

Muchas personas a veces nos enfrascamos en un corre y corre sin estar seguros por que hacemos lo que hacemos. Otras veces es por querer tener lo que otros tienen.

Vivimos en una sociedad cansada, adicta al trabajo, competitiva, que con tal de alcanzar poder y fama, está dispuesta a pagar los más altos precios como perder la integridad, perder los amigos, la familia y la salud física y emocional.

Debemos cuidar aún las motivaciones de las cosas buenas que hacemos. Debemos cuidar aún hasta por qué predicamos.

“Algunos, a la verdad, predican a Cristo por envidia y contienda; pero otros de buena voluntad. Los unos anuncian a Cristo por contención, no sinceramente, pensando añadir aflicción a mis prisiones; pero los otros por amor, sabiendo que estoy puesto para la defensa del evangelio” (Filipenses 1:15-17)

Cuidemos nuestras motivaciones.

“Trabajen de buena gana en todo lo que hagan, como si fuera para el Señor y no para la gente” (Colosenses 3:23)

Piénsalo:
Es importante que te detengas y te autoanalices. ¿Qué cosas estás haciendo sólo por hacerlas?
¿Qué cosa realmente importante has descuidado por querer lograr fama, reconocimiento o aceptación?
¿Estás gastando tiempo y energía en algo que no te dijo Dios que hicieras?