SER COMO NIÑOS ¿SI O NO?
SEGUNDA PARTE: MEJOR SI SER NIÑO
…el reino de Dios pertenece a los que son como estos niños. Les digo la verdad, el que no reciba el reino de Dios como un niño nunca entrará en él».
(Marcos 10:14-15 NTV)
Hay ciertos riesgos al madurar y crecer. Uno de ellos es que perdemos nuestra inocencia.
Al ver la maldad en nuestro derredor nos hacemos desconfiados, egoístas, sospechamos de las motivaciones de otros, y a veces, nos hacemos insensibles, se pierde la ternura, se opaca la capacidad de sentir amor, de expresar amor con nuestras emociones. Al fin y al cabo, aprendimos que debíamos “madurar” y no ser niños.
Reflexionando en esto creo que la Biblia nos dice que en realidad debemos ser niños para la malicia, es decir, no ser pícaros, ni ventajosos, ni fraudulentos, ni mentirosos, ni maliciosos.
“Hermanos, no seáis niños en el modo de pensar, sino sed niños en la malicia, pero maduros en el modo de pensar” (1 Corintios 14:20 RV60).
Creo que debemos madurar y controlar las emociones destructivas, pero también volver a ser como los niños en nuestras emociones nobles.
Debemos volver a tener la capacidad de “sentir”, de ser sensibles a las necesidades de otros, de amar a otros, de mostrar empatía, de expresar palabras de cariño respetuosamente, de abrazar, y de convivir con otros inocentemente sin dobles agendas.
… «Dejen que los niños vengan a mí. ¡No los detengan! Pues el reino de Dios pertenece a los que son como estos niños. Les digo la verdad, el que no reciba el reino de Dios como un niño nunca entrará en él»(Marcos 10:14-15 NTV).
Piénsalo:
¿Hace cuanto que no has compartido tiempo de calidad con otras personas? ¿Cuándo fue la última vez que lloraste con otros que estaban pasando alguna situación triste en su vida? ¿En quién consideras que necesitas mostrar amor, y darle palabras de afirmación este día?