No quiero causar decepción, sino alegría

NO QUIERO CAUSAR DECEPCIÓN, SINO ALEGRIA

Luego Jesús les contó la siguiente historia: «Un hombre plantó una higuera en su jardín, y regresó varias veces para ver si había dado algún fruto, pero siempre quedaba decepcionado. (Lucas 13:6 NTV)

¿Qué está produciendo tu vida?
¿Eres de bendición a otras personas? ¿Ganas almas y haces discípulos? ¿Usas las riquezas materiales para servir a Dios y a las personas, o usas a las personas para ganar riquezas?

Señor, yo quiero causarte alegría y no hacerte sentir decepcionado.

Quiero ser alguien que produce mucho fruto con todas aquellas bendiciones que me has confiado en esta vida.

Dios nos plantó en esta tierra, en esta ciudad en donde vivimos, para dar fruto. No estamos aquí por accidente.

El fruto habla de los diferentes aspectos de nuestra vida. Dios nos ha confiado recursos espirituales y materiales.

Debemos usarlos para una misión: Ganar almas y hacer discípulos, formando líderes de éxito en la vida espiritual, familiar social y financiera.

Evaluemos el fruto que dimos el año pasado en nuestra vida espiritual, familiar, social y financiera y dispongámonos para hacer los ajustes necesarios para ser más fructíferos este nuevo año. Pidamos a Dios en oración que nos ayude a ser buenos administradores de nuestro tiempo, fuerzas y recursos para dar fruto en todo lo que hagamos y ser de bendición a esta tierra.

Luego Jesús les contó la siguiente historia: «Un hombre plantó una higuera en su jardín, y regresó varias veces para ver si había dado algún fruto, pero siempre quedaba decepcionado. (Lucas 13:6 NTV)

Piénsalo:

¿Cómo has estado usando tu tiempo, tu dinero, tus fuerzas y tus habilidades?

¿Cómo crees que puedes ser más fructífero este año?

¿Qué harás diferente este año para alegrar el corazón a Dios, que no habías hecho antes?