ES TIEMPO DE VIVIR, NO DE MORIR
Simón Pedro le preguntó: —Señor, ¿adónde vas? Y Jesús contestó: —Ahora no puedes venir conmigo, pero me seguirás después. —¿Pero por qué no puedo ir ahora, Señor? —le preguntó—. Estoy dispuesto a morir por ti. (Juan 13:36-37 NTV)
Pedro tenía una misión que cumplir en la tierra. No podía todavía seguir a Cristo en su muerte. No era tiempo de morir por Cristo, sino de vivir para Cristo. La muerte de Pedro no avanzaría para nada el evangelio, pero su vida produciría muchos discípulos. Con su muerte no enriquecería a nadie, pero vivir con sus principios cristianos enriquecería a muchos, sanaría enfermos, predicaría, haría viajes misioneros, sería una columna de la iglesia de Cristo.
Era tiempo de morir para Cristo, pero no para Pedro.
No es tiempo de morir. Para ti y para mí es tiempo de vivir y cumplir con nuestro propósito de Dios en nuestra vida y ser de beneficio a muchas personas.
Dios tiene un propósito específico para ti y para mí. Él nos ha bendecido para ser de bendición a esta tierra. Él quiere que compartamos su amor con el perdido, que ganemos a nuestra familia para Cristo, que ayudemos a la restauración de matrimonios, que oremos por los enfermos, que invitemos personas a la Iglesia, casa de paz, o a un retiro para que sean libres y también ellos encuentren su propósito en Cristo.
Simón Pedro le preguntó: —Señor, ¿adónde vas? Y Jesús contestó: —Ahora no puedes venir conmigo, pero me seguirás después. —¿Pero por qué no puedo ir ahora, Señor? —le preguntó—. Estoy dispuesto a morir por ti. (Juan 13:36-37 NTV).
Piénsalo:
¿Te has puesto a pensar para que Dios te salvó? ¿Sabes cuál es el propósito de Dios para ti? ¿Qué persona se te viene a la mente a la cual puedas visitar y bendecir esta semana que esté pasando una situación difícil y necesite del amor de Dios?
¿Sabes de alguien que esté en el hospital y que puedas ir a orar por ella?
¿Conoces de un matrimonio que está en crisis y que puedas invitar a un retiro?