QUE LOS MIEDOSOS SE QUEDEN EN SU CASA
En este versículo vemos las instrucciones de lo que los jefes tenían que hacer antes de ir a la guerra, y una de las cosas era asegurarse que ninguno del equipo tuviera miedo de ir, porque eso provocaría que atemorizara a todos los demás, por lo que mejor les ordenaban que se quedaran en su casa.
Las personas miedosas atemorizan a otros, mientras que las personas valientes animan a los demás. Las personas negativas desmoralizan a sus compañeros, mientras que las personas de fe inspiran a otros a vivir por fe.
Los padres temerosos forman hijos inseguros en la vida, pero los padres que conocen a Dios forman hijos que desarrollan su Fe y creen que nada es imposible con Dios.
Un líder sin convicciones desanimará a su equipo, a su familia y a su iglesia.
No debemos dejarnos liderar por personas temerosas que no se atreven a emprender cosas grandes para Dios. Pero tampoco un líder desea llevar a alguien en su equipo que es miedoso, inestable, inseguro, y de doble ánimo, porque podría afectar la moral de todos los demás.
Piénsalo:
¿De cuál tipo de persona eres en tu equipo de trabajo? ¿Cuándo te lanzan un proyecto nuevo, eres de los temerosos o de los valientes que inspiran a otros a hacerlo?
¿En qué te has multiplicado en tus hijos? ¿En qué área necesitas pedirle ayuda al Espíritu Santo?