TOMA TIEMPO A SOLAS CON DIOS
Uno de estos días alguien me preguntó, que si yo tenía un tiempo donde descansaba mentalmente o que si todo el tiempo estaba pendiente de las interminables presiones del ministerio.
Su pregunta fue algo precisa a esto: ¿Cuándo usted se desconecta para recuperarse física y emocionalmente? ¿Cómo hace para no enfermarse por el estrés con estas grandes responsabilidades y el trabajo que nunca se acaba?
Para mí es indispensable tener un tiempo a solas con Dios todos los días.
No puedo funcionar bien durante el día sin este tiempo a solas con Dios. Ahí está la fuente de mi salud espiritual, física, emocional, mental, relacional, y vocacional.
Es ahí donde renuevo mis fuerzas, donde descanso en Dios de los problemas que a veces me parecen demasiado grandes, es aquí, que puedo reenfocarme para ver las soluciones en vez de las dificultades, miro las posibilidades en medio de lo imposible.
Jesús sabía que había tiempo de estar con las multitudes trabajando, pero había otro tiempo que debía apartarse para reconectar con Dios.
Jesús quiso enseñarles eso mismo a sus discípulos para que tuvieran una vida exitosa. Por eso se los llevó a estar a solas donde verían algo milagroso.
En ese lugar sucedieron varias cosas:
1. Vieron un milagro: la transfiguración de Jesús.
2. Escucharon una plática en una dimensión del cielo, entre Jesús y Elías y Moisés. (Mat. 17:3)
3. Escucharon la voz del Padre. (Mat. 17:5)
Lo mismo nos pasa a nosotros cuando tomamos un tiempo a solas con Dios. Obtenemos visión, escuchamos las direcciones del Padre para tomar buenas decisiones durante el día y experimentamos milagros en la vida.
Piénsalo:
¿Estás pasando tiempo a solas con Dios? ¿Cómo está tu salud espiritual, física y emocional? ¿Estás viendo las posibilidades y soluciones o sólo ves las dificultades?