El ocio puede llevarte a pecar

EL OCIO PUEDE LLEVARTE A PECAR

En la primavera, cuando los reyes suelen salir a la guerra, David envió a Joab y al ejército israelita para pelear contra los amonitas. Destruyeron al ejército amonita y sitiaron la ciudad de Rabá. Sin embargo, David se quedó en Jerusalén. (2 Samuel 11:1 NTV)

Mientras todos los reyes salían a la guerra, el rey David decidió no ir. David no debió estar en la casa, porque como rey, él debió haberse presentado primero a la guerra, y el ocio lo llevó a cometer pecado, al acostarse con una mujer que no era su esposa.

Una tarde, después del descanso de mediodía, David se levantó de la cama y subió a caminar por la azotea del palacio. Mientras miraba hacia la ciudad, vio a una mujer de belleza singular que estaba bañándose. Luego envió a alguien para que averiguara quién era la mujer y le dijeron: «Es Betsabé, hija de Eliam y esposa de Urías el hitita». (2 Samuel 11:2 NTV)

El mucho ocio nos hace pecar. Cuando estás desocupado el enemigo viene a ponerte en tentación. Los muchachos actualmente se meten en problemas porque tienen mucho ocio, ven muchas cosas que no deberían de ver y eso es lo que los impulsa a pecar.
Así David cayó en tentación por no tener nada que hacer.

Así que David envió mensajeros para que la trajeran y cuando llegó al palacio, se acostó con ella…. Tiempo después, cuando Betsabé descubrió que estaba embarazada, le envió el siguiente mensaje a David: «Estoy embarazada». (2 Samuel 11: 4-5 NTV)

David por esconder el pecado, cometió más pecados. No sólo adulteró, sino trato de ocultar lo que pasó y al no lograrlo, mandó a matar al esposo de Betsabé. Cuando te escondes para hacer algo y no quieres que nadie se entere, es porque nada bueno estás haciendo ante los ojos de Dios, pero tarde que temprano todo sale a la luz. Así pasó con el rey David, Dios le mandó un profeta para confrontarlo por sus malas acciones. No esperes a ser confrontado, no peques más por tratar de ocultar algo. Mejor confiesa, pide perdón y apártate del mal para alcanzar la misericordia de Dios. (Prov. 28:13)

Piénsalo:

¿Pasas mucho tiempo desocupado?
¿Qué cosas productivas puedes hacer en tu tiempo libre?
¿Tienes a alguien a quien le rindes cuentas de lo que haces?