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El poder de animarnos

EL PODER DE ANIMARNOS

Por eso, anímense y edifíquense unos a otros, tal como lo vienen haciendo. (1 Tesalonicenses 5:11 NVI)

Vivimos en un mundo donde muchas de las cosas que pasan, tienen el propósito de desanimarnos, frustrarnos y derrumbarnos. Las personas hacen mejor trabajo cuando son alentadas, motivadas y estimuladas. Todos tenemos retos y batallas todos los días por lo que necesitamos ánimo y apoyo de otros.

1. ¿Qué es animar? Cuando la batería de tu carro está muerta, la solución es esperar a que alguien le pase corriente de la batería fuerte a la débil, y así la batería agarrará energía y el motor de tu carro tendrá vida. De esa misma manera aplica cuando recibimos o damos ánimo.

2. ¿A quién puedes animar? A tu esposo que se esfuerza por salir a trabajar, a la esposa que atiende a los hijos, a los hijos para que saquen buenas calificaciones en la escuela, al maestro o líder de tu casa de paz, a tu patrón, a tus compañeros y amigos, y a cualquiera que mires desanimado.

3. ¿Cómo podemos animar?

Dios es un Padre que nos ama y ánima todo el tiempo, no nos condena, ni nos critica; debemos imitarlo y animar a otros, en el hogar debe haber ánimo continuo, en la iglesia, en el trabajo, etc. debemos aprender a dar palabras y acciones que animen a los demás.

Por eso, anímense y edifíquense unos a otros, tal como lo vienen haciendo.  (1 Tesalonicenses 5:11 NVI)

Piénsalo:

¿Qué diferencia has notado en ti cuando alguien te ha dado palabras de ánimo?
¿A quién pudieras animar en este día?
¿Por lo regular usas tus palabras para animar o desanimar a otros?

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