EL PODER DE ANIMARNOS
Vivimos en un mundo donde muchas de las cosas que pasan, tienen el propósito de desanimarnos, frustrarnos y derrumbarnos. Las personas hacen mejor trabajo cuando son alentadas, motivadas y estimuladas. Todos tenemos retos y batallas todos los días por lo que necesitamos ánimo y apoyo de otros.
1. ¿Qué es animar? Cuando la batería de tu carro está muerta, la solución es esperar a que alguien le pase corriente de la batería fuerte a la débil, y así la batería agarrará energía y el motor de tu carro tendrá vida. De esa misma manera aplica cuando recibimos o damos ánimo.
2. ¿A quién puedes animar? A tu esposo que se esfuerza por salir a trabajar, a la esposa que atiende a los hijos, a los hijos para que saquen buenas calificaciones en la escuela, al maestro o líder de tu casa de paz, a tu patrón, a tus compañeros y amigos, y a cualquiera que mires desanimado.
3. ¿Cómo podemos animar?
- Con palabras. Que alaben y agradezcan.
- Tratando a los demás con respeto y dignidad.
- No criticar, gritar o ridiculizar.
- Escuchando a otros cuando hablan.
- Tomando en cuenta los anhelos y sueños de otros.
Dios es un Padre que nos ama y ánima todo el tiempo, no nos condena, ni nos critica; debemos imitarlo y animar a otros, en el hogar debe haber ánimo continuo, en la iglesia, en el trabajo, etc. debemos aprender a dar palabras y acciones que animen a los demás.
Piénsalo:
¿Qué diferencia has notado en ti cuando alguien te ha dado palabras de ánimo?
¿A quién pudieras animar en este día?
¿Por lo regular usas tus palabras para animar o desanimar a otros?