LUCHA POR TU SUEÑOS
Fuimos creados para soñar en grande. De hecho, así es cómo Dios le hablaba a José el soñador a través de los sueños. Hoy día nos sigue hablando en el mismo lenguaje. Los sueños que vienen del Señor siempre nos mantendrán fuera de nuestra zona de comodidad, porque requieren no solamente que tú luches, sino que Él luche contigo.
Todo comienza con un pensamiento, un anhelo, un sentir en el corazón, una idea de lo que nos gustaría ser, hacer o lograr.
Dios tiene un sueño para cada uno de nosotros, es un propósito que se alinea a Su Voluntad. Recuerda, “Si no tenemos un sueño, no estamos viviendo, sólo estamos existiendo”.
Tal vez tú tienes un sueño que proviene de Dios, pero todavía no te has decidido a ir tras ese sueño, hay que perseguir el sueño.
Quizás necesitas hacer algún cambio para lograrlo o tomar la decisión de dar tu vida a Cristo, ir a la iglesia, servir a Dios en un ministerio, emprender un negocio, acabar los estudios o estudiar una carrera, etc. ¡Hazlo!
Piénsalo:
¿Qué te gustaría ser o lograr?
¿Cuál es el sueño que Dios te ha dado?
¿Qué necesitas hacer o dejar de hacer para lograrlo?