ARROGANCIA Y FURIA VS HUMILDAD Y PACIENCIA
Orgullo, arrogancia, furia y alarde.
1. Cada día tenemos la oportunidad de tocar a las personas en nuestro derredor con orgullo y arrogancia, o con amabilidad y cortesía. Podemos ser un depósito andante de basura y furia, o de gozo y optimismo. Tenemos la opción, es nuestra decisión.
2. Debemos cuidar de que nuestro corazón no se llene de estas cosas que nos puedan convertir en una persona indeseable y tóxica para los demás en nuestro hogar y trabajo.
3. No debemos permitir que nos afecte ver a los que actúan así, porque al final de cuentas su éxito es muy frágil y pasajero.
No te inquietes por la gente mala que prospera, ni te preocupes por sus perversas maquinaciones. ¡Ya no sigas enojado! ¡Deja a un lado tu ira! No pierdas los estribos, que eso sólo trae daño. Pues los perversos serán destruidos, pero los que confían en el Señor poseerán la tierra. Pronto los perversos desaparecerán; por más que los busques, no los encontrarás. Los humildes poseerán la tierra y vivirán en paz y prosperidad. (Salmos 37:7-11 NTV)
4. Debemos contrarrestarlo pidiéndole a Dios que nos ayude a desarrollar el fruto del Espíritu Santo.
Piénsalo:
¿Qué estás dejando en las personas a tu derredor? ¿Has guardado tu corazón en contra del orgullo y de la furia?
¿De qué manera puedes contribuir para cambiar un ambiente tóxico en tu hogar o lugar de trabajo por un ambiente de gozo? ¿Qué fruto del Espíritu Santo necesitas?